
A su vez, se han colocado carteles informativos a lo largo del paseo inundable en los que se informa a la ciudadanía de la prohibición expresa de alimentar a los patos por diversas razones: se favorece la superpoblación de una especie que no es autóctona, se perjudica su salud, se ensucia el río y se aumenta la presencia de las especies no deseadas.
Ya han comenzado a registrarse algunas sanciones por infringir de forma reiterada la ordenanza que prohíbe alimentar a los animales en la calle, pero sobre todo se quiere incidir en la concienciación de la ciudadanía.
La especie que abunda ahora mismo en río Ega a su paso por Estella-Lizarra es el pato criollo, habitual en granjas. Y desde hace tiempo se ha detectado que, en parte gracias a esa alimentación artificial por parte del ser humano, hay una superpoblación que provoca que otras especies autóctonas no puedan desarrollarse de forma natural. Por ello, tras elaborar un censo, se procederá a controlar la población y llevarla a unos números que sean sostenibles.