Cuatro fueron las jornadas de auzolan que el pasado año se llevaron a cabo en la huerta con una alta participación y dos las actuaciones organizadas por la casa de la juventud; en unas semanas se convocará otro encuentro de trabajo voluntario que permitirá volver al punto de inicio.
La finca ocupan 1.400 m2, de los cuales 800 son útiles
Con las fincas limpias de nuevo, está previsto poner plantas aromáticas que limiten las parcelas en la zona de aparcamiento junto a la calle Lizarra y en la zona de contenedores en la calle Valdeallín. Un espacio central accesible acogerá la huerta no productiva orientada al entretenimiento, a la educación medioambiental y a la reunión vecinal. Los frutos que se obtengan de las platas serán donados a los usuarios de la casa de la juventud, agente implicado también en los trabajos y que hará uso del espacio para sus actividades en momentos puntuales.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Barrio de Lizarra, Jesús San Félix; el secretario, Julio Ruiz, y el tesorero, Luis Urra, se mostraron muy ilusionados con la oportunidad de retomar un proyecto que consideran prioritario en un barrio con una alta densidad de viviendas y un vecindario envejecido.
Tejido social
San Félix explica que las huertas, con una superficie de 1.400 m2, 800 de ellos útiles, es el único espacio de desahogo en la zona que alberga 550 viviendas distribuidas en bloques a lo largo de varias calles. “El barrio necesita un lugar de refresco porque es una zona congestionada de viviendas. Será un sitio abierto para todo aquel que lo desee y permitirá la dinamización del barrio y la cohesión vecinal”.
Añade el presidente que varios vecinos jubilados han mostrado ya su interés por cultivar. “El proyecto se enfoca como un jardín con flores y con plantas aromáticas y con zona de cultivo en la que puede participar la gente mayor y los txikis. Creemos que el trabajo en este lugar va a permitir mantenerlo limpio de basura, de chatarra, de maleza e incluso de plagas”. La Asociación, que ha pedido ya arena de cultivo para la huerta, contará para los trabajos con maquinaria cedida también por el consistorio.
La Asociación de Vecinos del Barrio de Lizarra, constituida hace dos años, la integran actualmente 115 familias. Nuevos socios están a punto de ingresar. La cuota es simbólica, de 10 euros al año.
Gracias al colectivo vecinal, el barrio se ha visto representado en diversas cuestiones, y se percibe también una mayor unidad y sentimiento de pertenencia. “Creemos que la pandemia, con las actividades de balcón a balcón, ya marcaron un precedente. Durante este tiempo de unión a través de la asociación, el barrio tiene mayor presencia en la ciudad y hacemos ver nuestras demandas”, explican.
Cabe recordar que el barrio de Lizarra organizó este verano sus primeras fiestas en la calle con un gran seguimiento y participación.
