La fiesta comenzó con una eucaristía en la parroquia de San Emeterio y San Celedonio, amenizada por las voces del coro. A su término, en el interior, se procedió a la imposición de medallas, a cargo de los familiares de los donantes reconocidos. Las cinco medallas de plata, con motivo de las 25 donaciones realizadas, las recibieron José Carlos da Silva, Susana Majón, Rafa Gurucharri, Javier Hermoso y Anselmo Díaz. Las dos de oro, por cincuenta donaciones, fueron para los hermanos Esteban y Pablo Atienza.
Al acto, coordinado por el delegado de Dicastillo, Miguel Azcona, acudió el presidente de Adona, Jesús Mª Más. Azcona vivió una de las fiestas de donantes más especiales, gracias al homenaje espontáneo, en reconocimiento a su inestimable labor, por parte del colectivo de donantes de la localidad y del coro parroquial. Una jota dedicada y un diploma a modo de agradecimiento sirvieron para poner el broche de oro a la faceta más institucional de la fiesta. Un aperitivo siguió en el centro Joaquín Madurga y, después, disfrutaron de una comida de hermandad.
Miguel Azcona agradecía la constancia y el gesto solidario de los donantes de Dicastillo. “Responden muy bien. De hecho, cuando viene el autobús los sanitarios se extrañan de la voluntad de los vecinos. Lo normal es que acuda a donar entre un 35% y un 40% de las personas avisadas; sin embargo, aquí venimos entre un 60% y un 80%. Dicastillo es un pueblo muy generoso”, destacó.
El autobús de Adona se desplaza a la localidad cada cuatro meses y encuentra un censo relativamente joven, dado que las nuevas incorporaciones aseguran poco a poco la continuidad de un nutrido colectivo comprometido con la sociedad.