Las fiestas de Dicastillo tuvieron un presupuesto de 42.000 euros. Comenzaron el martes con el tradicional almuerzo popular seguido de la recepción de alcaldes y el lanzamiento del cohete a cargo de los comerciantes de la localidad. La música de la txaranga Malatxo tomó la plaza y las calles, como es habitual. Por la tarde, un tobogán de agua, más música, verbena y una carrera de sacos completaron la jornada.
El miércoles, día de la Juventud y del Jubilado, hubo misa mayor en honor de los patronos San Emeterio y San Celedonio, comida del jubilado con 180 comensales, ciclismo, música y cena popular. El jueves, Día de la Mujer, la misa mayor estuvo dedicada a la patrona la Virgen de Nievas, seguida de procesión y ofrenda floral. Fue jornada de chistorrada, comida popular, una carrera de carretillas, como novedad, y no faltó la música.
El Día del Niño tomó el relevo el viernes 26, con la recepción en el salón de plenos de la Corporación Infantil, presidida por el alcalde Ibai Urbiola Atienza, y seguida del cohete, y muchas actividades para ellos, como un parque infantil, chocolatada y bombas japonesas. Llegó el fin de semana, el sábado con deporte rural y verbena y, el domingo, con la cita estrella, los calderetes que reunieron a 400 comensales.
El alcalde de Dicastillo, Mikel Azcona, explicó que la localidad vivió unas fiestas muy especiales y con normalidad. “Han sido unos días de muy buen ambiente, en el que el tiempo ha acompañado. Después de dos ediciones sin fiestas, la gente ha estado muy animada, los vecinos han participado mucho y los colectivos se han implicado organizando muchas cosas”, destacó el primer edil.