Estella descubrió al mejor chef medieval 2019

Estella descubrió al mejor chef medieval 2019

Adur Arrieta, de Hondarribia, se proclamó campeón con el pintxo ‘Cordero, pan y vino’

La ciudad del Ega degustó gastronomía del medievo, del 18 al 20 de octubre, y actuó como sede del XII Concurso de Pintxos y Tapas Medievales que organiza la Red de Ciudades y Villas Medievales. El chef guipuzcoano Adur Arrieta, de Hondarribia, conquistó al jurado con su pintxo ‘Cordero, pan y vino’.

La Escuela Taller acogió el evento gastronómico en el que nueve chefs, de diferentes localidades de la Red, compitieron para coronarse como ‘mejor chef medieval 2019’. ‘Cordero, pan y vino’, el pintxo guipuzcoano de carne picada, de costillar de cordero, envuelta en una masa de pan y hoja de parra y el vaso de vino dulce, conquistó el paladar del jurado. Le siguieron Pedro Rodríguez, que representó a Consuegra (Toledo), y que se alzó con el segundo premio gracias al pintxo ‘Y de La Mancha, el cordero’. Un galardón que “quiero compartir con la gente de Consuegra, y con los productores, puesto que el premio también es suyo por la calidad de los ingredientes”, expresaba Pedro tras recibir el galardón de las manos de Gonzalo Fuentes, alcalde de Estella-Lizarra. El premio a la originalidad recayó en Rubén Urbano, que representó a Sigüenza (Guadalajara), con el ‘Bocado de gallina especiada regada con caldo de cordero’. “He creado el pincho a partir de una historia y de un contexto y creo que esto me ha hecho ser especial con respecto al resto”, decía el chef manchego. Rubén recibió el premio de manos de la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino.
El jurado estuvo integrado por Aarón Ortiz, dueño y jefe de cocina del restaurante Kabo, en Pamplona; Jorge Gea, representante del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja; Juan Antonio Díaz (Nono), periodista especializado en Gastronomía (Metrópoli-El Mundo), y Javier Alonso, chef a domicilio (javicooks.com).
La ciudad del Ega vivió una de las experiencias gastronómicas más emblemáticas del país. Se sirvierom más de 6.000 pintxos y tapas a lo largo del fin de semana. La ciudadanía y los turistas pudieron degustar las nueve delicias ofrecidas en diversos establecimientos hosteleros, que acogieron las creaciones de cada una de las ciudades y villas medievales que participaron.

Un sueño cumplido

‘Cordero, pan y vino’ es un pintxo creado por Adur Arrieta y su pareja, Taliska Victoria Rebuit. Se presenta al comensal en dos partes. Por un lado, con un vaso de vino dulce. “Entendemos que en la época medieval el vino era de mala calidad y por ello se enriquecía con canela, clavo o algún cítrico, como la cáscara de naranja”, explicaba el chef. La otra parte se corresponde al pintxo propiamente dicho: carne picada del costillar del cordero enriquecida con frutos secos y pasas, que se envuelve posteriormente en una masa de pan muy fina y en una hoja de parra. El pintxo se adorna con un trozo de hueso para sujetarlo con las manos mientras se come. “La idea es que la degustación recuerde a la época medieval, recrear de algún modo la forma de comer en aquellos tiempos”, detallaba Adur.

Adur y su pareja, Taliska Victoria abrieron en abril su local Tatapas Gastroteka, situado en la calle Mayor de Hondarribia, tras formarse y trabajar en varios restaurantes de prestigio. “Somos los dos cocineros, siempre hemos estado tras los fogones, pero sin contacto con el público. Decidimos emprender nuestro propio negocio y a las primeras de cambio hemos tenido la oportunidad de representar a la ciudad y, después, de ganar. Es un sueño. Es como si nos hubiera tocado la lotería”, asentía Adur.

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