Larraya se refirió a la indefinición que muestra el consistorio estellés sobre el futuro de los trabajadores en caso de gestiones directas. “La indefinición es el problema. Si en el polideportivo se contaba con subrogación, en la zona azul está en el aire. Hoy por hoy no saben las necesidades y en cualquiera de las opciones no se cuenta con la plantilla actual. El Ayuntamiento tiene que saber qué necesita, qué personas y en qué condiciones va a dar el servicio”, añadió.
El Ayuntamiento de Estella-Lizarra tiene una plantilla de 71 funcionarios y 35 empleados laborales. La reversión de los servicios podría afectar a unas 40 personas, empleados del polideportivo –aunque el consistorio ya habló en su momento de subrogaciones en el caso de una gestión directa que ya se estimó inviable-, de la zona azul y de la limpieza viaria.