El servicio comenzó a funcionar de manera totalmente altruista en 2008. Desde entonces ha funcionado de manera ininterrumpidamente, excepto durante la pandemia. Cada voluntario se compromete a ofrecer dos horas de su tiempo libre a atender a los enfermos hospitalizados que se encuentran solos y ofrecer apoyo a familiares que necesitan un respiro. Además, realizan acompañamiento a consultas externas, generalmente usuarios de las residencias de la ciudad, que son recibidos y guiados en el hospital.
Jesús López-Vailo Urroz coordina en la actualidad el grupo de nueve personas, junto a otros miembros de junta como son Feli Fernández Rosquil (vicepresidenta), Asun Arrastio Corres (tesorera) y Carmen Arnedillo Sánchez (vocal). Explica López-Vailo que las bajas por edad ponen al grupo en la necesidad de hacer llamamiento en busca de nuevas incorporaciones y relevo. “Animamos especialmente a la gente joven, porque pueden establecer una conexión muy interesante con el enfermo, y también a los hombres, porque en ocasiones muchos enfermos agradecen esa afinidad en cuanto a las conversaciones”.
La invitación va dirigida a personas que muestren su compromiso y con estabilidad emocional. Por eso, antes de formar parte del grupo, los aspirantes asisten a una pequeña entrevista y, después, son formados por parte de los miembros veteranos en su labor para que conozcan la dinámica de funcionamiento. “Nuestra misión es simplemente acompañar al enfermo, escucharlo, a veces invitarle a hablar y siempre, respetar. Y por supuesto, está el compromiso de la confidencialidad”, añade el secretario-coordinador.
El Servicio de Voluntariado, con sede cedida en el edificio de consultas externas del hospital, trabaja coordinado con los controles de enfermería de la primera y segunda planta a través del jefe o jefa de planta, de enfermería y de la trabajadora social para ofrecer su acompañamiento a personas que están ingresadas solas o cuando el familiar necesite apoyo. “El personal de enfermería se acerca al enfermo y le pregunta si necesita que uno de nosotros vayamos a estar con él. Generalmente nos aceptan, porque todo el mundo necesita hablar, a veces nos dicen que vayamos mañana. En realidad, estamos a su disposición”.
Explican desde el Servicio de Voluntariado que la sociedad evoluciona hacia un número cada vez mayor de gente sola, algo que perciben en su labor. “Las familias cada vez son más cortas, o los hijos viven fuera y la figura del cuidador que siempre estaba en casa va desapareciendo. Es algo que lo vemos aquí y por eso nuestro servicio es tan importante, un servicio que está muy generalizado en los hospitales”, añade López-Vailo.
El servicio funciona en el Hospital García Orcoyen gracias a una subvención que les concede anualmente La Caixa y gracias al propio centro hospitalario que les cede el espacio y les aporta los medios necesarios. La directora del Hospital García Orcoyen, Yolanda Montenegro, preside el colectivo.
Beneficios para todas las partes
El ejercicio del voluntariado tiene beneficios para todas las partes implicadas. Primero para el paciente, por la distracción y refuerzo emocional que recibe y que le puede permitir aceptar y superar la enfermedad. También para la familia, que recibe una colaboración presencial y apoyo; para el personal sanitario, porque si los pacientes están reconfortados se les facilita el trabajo; para el hospital, por el aumento de la calidad asistencial y la mejora de
la imagen del centro, y para la sociedad en su conjunto, porque fomenta valores.
Las personas interesadas en participar como voluntarios del servicio del Hospital García Orcoyen pueden contactar a través del email: voluntariado015@cfnavarra.es o a través de los teléfonos 681 339 161, 615 279 286 y 848 435 163.
