Detrás de Naparrak Drift están el ahora vecino de Allo Aritz Busto, natural de Puente la Reina, y sus socios y amigos, grandes aficionados todos ellos al mundo del motor, Ion Molinero, de Tolosa, y Ekhi García, de Vitoria. La imposibilidad de disfrutar del ‘drifting’ en un circuito cercano les llevó a buscar la manera de conseguirlo y decidieron montarlo ellos mismos, para alegría de todos los aficionados obligados a desplazarse a Miranda de Ebro.
“La gente va al circuito de velocidad de Miranda a practicar Drift, aunque no sea un circuito de Drift, y la lista de espera es de tres meses. Por eso queríamos ofrecer nuestra propuesta, la posibilidad de enseñar esta disciplina y de atraer a los aficionados a un circuito exclusivo de Drift. Están contactando con nosotros aficionados de Portugal, Francia, Canadá y Japón, entre otros, interesados en venir a probarlo”, explica.
Antes de Allo, las miradas de los emprendedores se posaron primero en Añorbe y después en Lumbier. Ninguna de las dos opciones salió adelante pero en Allo todo han sido facilidades. “Hemos trabajado codo con codo con la alcaldesa y estamos muy contentos de haber conseguido abrir el circuito”, añade Busto.
Ya una realidad y disponible para el público desde el pasado 31 de octubre, el Naparrak Drift ofrece 48 variantes de recorrido y la adrenalina está asegurada en una disciplina que de curva en curva y sin rectas produce la magia de “hace bailar al coche”. “En el circuito se conduce con cambios continuos de peso, es muy técnico, y vale cualquier coche para ello. Además de divertir, un segundo objetivo es disuadir de prácticas temerarias en las carreteras y evitar carreras ilegales en polígonos, como ocurre por ejemplo en Tajonar, en Pamplona. Ya no hay excusa para quien quiera practicar sin riesgos”. Evitar riesgos y también la multa de hasta 1.200 euros y seis puntos de carné por conducción temeraria.
Como peculiaridad, el Naparrak Drift imita a uno de los ‘drift land’ más famosos del mundo, el Meihand Sports Land de Japón. “Hemos copiado la primera curva después de la salida y la última antes de meta”, cuenta Busto.
El establecimiento ofrece únicamente la posibilidad de disfrutar al volante. El resto de servicios, como la hostelería, los encuentran los aficionados en el municipio de Allo. “Allo es un buen lugar, un sitio increíble por su localización, cerca de la A-12, su paisaje y su ubicación cercana pero separada a la vez del núcleo urbano”.
La alcaldesa de Allo, Susana Castanera, recibió desde un primer momento con buenos ojos y voluntad política la apertura de un drift land en Allo como actividad empresarial que atraiga, al mismo tiempo, visitantes al municipio. “Han sido muy bien acogidos y creemos que el circuito va a dar vida a la localidad. Va a atraer visitantes en torno a pruebas porque existe mucha afición”, declara la primera edil.
Desde 25 euros
El drift land Naparrak Drift, de Allo, se ubica en el camino de Mirabete. Los precios son de 25 euros la hora, 60 euros cuatro horas y 120 euros nueve horas.
