
Ambas ferias repetían edición en un mismo año. Cabe recordar que a final de la temporada de otoño-invierto, un buen número de establecimientos reservó su stand en el interior de una gran carpa en la plaza de los Fueros. En esta ocasión, y aprovechando el buen tiempo, la oferta de artículos de moda, complementos, calzado, decoración y joyería, entre otros, se pudo mostrar junto a los propios locales. Los posibles compradores recorrieron las calles de Estella en un paseo con numerosas paradas.
La presidenta de la Asociación, Esther Calatayud, explica que la iniciativa ha sido muy positiva y que se han cumplido los dos objetivos prioritarios. “Primero sacar a la gente, para que vea antigüedades o para que compre chollos ya es muy positivo, significa ilusionarla. Además, el hecho de que la gente vea el género libremente y pueda pasear con esta excusa por la ciudad también es un objetivo cumplido. Por todo ello, estamos muy contentos, también hay que decir que el tiempo ha jugado una vez más a nuestro favor”, expresó.
Más organizado
La dependienta de Pérgola, Nati Mundín Ocáriz, no tenía ninguna duda. La feria había ido muy bien y estaban muy contentos con el resultado. A diferencia de la experiencia vivida en la anterior feria, en la carpa de la plaza, en su opinión, ésta había sido muy animada, cómoda y la gente se comportó de manera ordenada. “En la plaza lo llegué a pasar mal, hasta hubo que pedir tranquilidad a las clientas, diciendo que había para todas. Además, el frío, el aire y la corriente que hacía en la carpa era horroroso. En esta ocasión, nada que ver, fue todo muy ordenado, la gente miraba lo que quería y tenías a todo el mundo más controlado”, decía.
De la misma opinión era Patricia Echávarri Pradas, de Look, establecimiento ubicado en la calle del Comercio. Era la primera vez que participaban y se animaron por la comodidad de exponer su género junto a su establecimiento. “Estamos muy contentos. No sabíamos lo que era participar en la feria pero como no había que hacer traslado hemos probado. Ha merecido la pena. La gente podía mirar sin agobios, más libremente que en la carpa de la plaza”, destacó.
Paseo entre antigüedades
La feria de anticuarios también fue un atractivo para el paseo en Estella. En la plaza de la Coronación y la calle San Andrés, más de treinta profesionales sacaron sus piezas antiguas y almoneda a la calle. Entre la representación estellesa se encontraba el puesto de Eduardo Peral, cuyo taller se ubica en la calle Ruiz de Alda. En su opinión, es una actividad positiva tanto para el comercio en general en Estella como para el gremio de anticuarios. “Es una manera de dar a conocer nuestro trabajo, sacar nuestra mercancía y darnos a conocer. No es tanto el valor comercial para nosotros como darnos a conocer. Está claro que no vamos a hacer el agosto ni en julio ni en septiembre”, expresó.
La feria sirvió también para cambiar la imagen que se tiene de las antigüedades en relación con sus altos precios. “También se venden productos asequibles, no todos son caros. Y esto se puede comprobar en las ferias de este tipo. Precisamente por ello es muy difícil decir qué es lo más vendido. Lo mismo sacas un candil de 10 euros, que un producto específico de coleccionista o un comprador ocasional que adquiere algo que le ha llamado la atención”. En opinión de Eduardo Peral, sería una buena idea separar un poco más en el tiempo ambas citas e incluso poder llevarlas a un sitio cerrado en los meses de mal tiempo. •