
La coordinadora de la Asociación y propietaria de la casa rural Txandia, en Ollogoyen, María Martínez Echeverría, explica que los alojamientos rurales cubren actualmente las necesidades del cliente que esta Semana Santa se acercará hasta Tierra Estella, un cliente navarro que se desplazará en burbujas familiares atendiendo a las últimas restricciones.
Aunque la incertidumbre ha marcado las últimas semanas, la Asociación, con buenos datos ya de reservas, confía en completar sus plazas estos días, pistoletazo de salida a la temporada alta de primavera-verano que, esperan, les permita compensar, en parte, los meses de cierre del año pasado.
¿Qué previsión tiene la Asociación para Semana Santa?
Miramos las noticias cada momento, somos conscientes del problema que hay y estamos por la labor de evitar todo lo posible los contagios. Hemos entendido perfectamente las restricciones y estamos al día de lo que acontece para que las reservas se ajusten a la normativa. La gente tiene por costumbre llamar para hacer reservas con tiempo, por lo que estamos teniendo anulaciones y vuelta a la reserva hasta el último momento por la situación cambiante.
Creemos que finalmente será una Semana Santa buena, con ocupación, pero con mucho más trabajo detrás que otras veces. El cliente va a ser de Navarra y va a venir en unidades familiares o convivientes. Este último cambio, como digo, ha hecho modificar las reservas y está claro que limita más nuestra actividad.
¿Qué tipo de turista llega en estas fechas en un año normal?
En verano recibimos mayoritariamente catalanes, madrileños y valencianos. El resto del año, como Semana Santa, viene gente sobre todo de las provincias limítrofes, País Vasco, La Rioja, y también de Navarra.
¿Va a ser suficiente el turismo interno, el de Navarra, para una buena campaña en Semana Santa?
La Semana Santa se va a salvar más o menos, se están ocupando las casas porque no se puede salir de Navarra, la gente va llamando y al final se completará la ocupación. El empeño de la Asociación es el de redirigirnos entre nuestros establecimientos cuando la gente nos llama a uno de nosotros y estamos completos.
¿Qué valoración hace la Asociación de este año de pandemia?
En cuanto se abrió de cara al verano, tuvimos unos meses muy buenos. Junio, y el verano en general, fueron muy buenos, también el otoño hasta el cierre perimetral. En términos generales, se ha ido reservando porque la gente busca lo que nosotros ofrecemos: alojamientos en pueblos pequeños con exteriores amplios, en espacios naturales y entornos más seguros.
“Como ocurre con el mundo rural, gestionar una casa puede parecer idílico, pero es una lucha continua, también muy placentera
si te gusta”
También es cierto que si nos vamos a los casos particulares, hay alojamientos que han pasado el año mejor que otros, en función de su tamaño, su tipología y de la inversión realizada.
Aunque se haya trabajado bien en verano, las restricciones del invierno y las actuales no compensan las ayudas recibidas, ayudas que no están siendo las mismas para todos los alojamientos, por lo que el futuro con las restricciones actuales no es del todo alentador.
¿Está trayendo la situación una oportunidad para el turismo rural?
Vemos que hasta nuestras casas se ha acercado un perfil de visitante diferente y que llega para quedarse por más tiempo, es el cliente de hoteles que encuentra en los alojamientos rurales lo que ahora busca. Desde luego es una oportunidad para nuestro sector, la oportunidad de que nos conozcan. También vemos que ahora la gente de aquí, la de Navarra, está valorando nuestros establecimientos y todo lo que Navarra tiene para ver, y que se puede hacer con seguridad.
¿Qué experiencia diferente ofrece hospedarse en un alojamiento rural?
En primer lugar, hay que decir que las casas han evolucionado mucho de cómo surgieron a cómo son a día de hoy. La mayoría son muy confortables y tienen todas las cosas que se demandan, ofrecen mucho espacio tanto en el exterior como interior y, se enclavan en un entorno natural atractivo, como el que ofrece nuestra zona.
En Tierra Estella hay muy pocos lugares masificados y el turismo está muy asentado en los últimos tiempos y se ha ido asentando más. Nuestra zona es accesible por carreteras, contamos con una amplia oferta de servicios, de actividades y cosas para ver y con gastronomía. Esto es lo que se busca cuando salimos de vacaciones.
¿Qué tal preparadas están las casas rurales de Tierra Estella?, ¿cómo es la oferta?
Tenemos casas para parejas, que se demanda ahora muchísimo; apartamentos, también muy solicitados, y algún hostal rural que alquila habitaciones. La mayor parte es de entre 6 y 8 plazas y luego pasamos al rango de 14 hasta 18 plazas.
Sobre todo las casas grandes trabajan muy bien en verano y lo han pasado peor en invierno; se están reinventando para poder acoger a la unidad convivencial, y ahora con mejor tiempo es más fácil. Han trabajado por ejemplo con empresas, ofreciéndose como alquiler de larga estancia, y este es otro tipo de público que también tenemos.
¿Existe la competencia desleal?
Antes más. El Gobierno de Navarra se puso con ello y vemos que con todo lo que hay que trabajar para darte a conocer es complicado hacerlo de manera ilegal y uno solo. Ayuda estar legal por seguros de responsabilidad y obligaciones que hay que cumplir de cara a la seguridad del cliente. Y ayuda también estar asociado y formar parte de un colectivo.
¿Qué momento vive el sector? ¿Se abren nuevos establecimientos?
Creo que hubo unos años de muchas aperturas de casas rurales y ahora la situación está un poco más estabilizada. Hay que recordar que las casas surgieron como una ayuda a la actividad principal. Hace veinte años eran casas cerradas y hacerlas rurales era una forma de rehabilitarlas y darles uso. Después se han ido haciendo otras nuevas con mucha más prestaciones y eso conlleva inversiones grandes de las que a veces no se es consciente porque esta actividad nunca deja de ser complementaria; el beneficio es el que es a no ser que tengas varias casas, que sea de gran capacidad o de que puedas dar desayunos.
Cada vez existe mayor conocimiento, más información y se hacen más planes de viabialidad. Esta actividad no deja de ser complicada porque requiere de mucha tecnología, hay que estar al día del marketing y se necesita formación. La tecnología avanza a toda velocidad y las casas rurales no se perciben sin esa formación.
¿Qué supone gestionar una casa rural, es todo lo idílico que parece?
Ocurre como con el mundo rural. Desde fuera se puede ver como un mundo idílico, pero es una lucha continua, muy placentera si te gusta. Rehabilitar una vivienda para hacerla rural en un entorno rural desde luego que es un proyecto ilusionante. Es un proyecto que implica ser conocedora de tu zona, te exige informarte, estar con el cliente, hablarle de todos los recursos que tiene en el entorno y también de una forma de vida.
Pienso que te tiene que gustar el medio en el que estás y que tienes que saber transmitirlo porque cada vez se busca más eso; los clientes quieren esa cercanía que no encuentra en otro tipo de establecimientos. Les gusta que les reciban cuando llegas y que estés ahí, como quien dice en la otra puerta, para solicitar información y consejos cuando lo necesitan. Te buscan para que les asesores adonde ir, qué hacer y para hablarles de tu pueblo.
Como Asociación, ¿tenéis algún tipo de demanda, de necesidad?
En los pueblos siempre se está trabajando porque haya servicios para los vecinos y para los visitantes. Tenemos que luchar de manera continua. La Asociación de Casas Rurales de Tierra Estella trabaja mucho por conseguir servicios básicos para las localidades, como una buena conexión a Internet y a un buen precio. Es nuestro mayor empeño como vecinos y porque nuestro negocio necesita unas mínimas condiciones para poder desarrollarse.
La mayoría de las mejoras llegan más tarde a la mayoría de los núcleos pequeños que al resto y, sin embargo, pagamos igual o más que cualquier vivienda, además de sumar a la economía local y de generar gasto en la zona con la llegada de clientes.
Como propietarios de las casas nos interesa tener un entrono bonito y trabajamos por ello aunque tampoco nos interesa que se masifique. Con nuestra actividad contribuimos a fijar población, porque rehabilitamos y vivimos en el pueblo, y apostamos por un turismo responsable y de calidad. La Asociación se dirige al Gobierno de Navarra y a las entidades unida, que es de lo que se trata, para intentar conseguir lo que creemos que son nuestros derechos.
150 alojamientos rurales en Tierra Estella
Según datos del departamento de Turismo del Gobierno de Navarra, facilitados desde la Asociación de Casas Rurales de Tierra Estella, en Tierra Estella conviven 150 alojamientos rurales, de diversa tipología. La Asociación representa, por tanto, a un 23% del total, si bien, cada año cuenta con nuevas incorporaciones.