Oteiza se emocionó en el inicio de sus fiestas

Elena Pérez, Arantxa Asiáin, Mariaje Jiménez, Pili Salinas, Marta Azcona, Amaya Adot, Toñi Latasa y Juncal Murguialday –las denominadas chupipandi– fueron las encargadas de iniciar los cinco días de las Fiestas de Oteiza. El nuevo Ayuntamiento consideró que las mujeres de la asociación El Raso debían ser reconocidas por la dedicación y sensibilidad que tienen en su labor por hacer de Oteiza un pueblo cada vez más vivo y participativo. Durante las fiestas, este colectivo vive de manera especial el Día de la Mujer. Se encargan de vestir a las ‘cabezuditas’ y ofrecen un detalle a todas las asistentes de la comida.
Tras el estallido del cohete, un grupo de dantzaris de la localidad actuó en la plaza e interpretó varios bailes tradicionales junto con los jóvenes. “Se trata de un acto nuevo. Algunos vecinos y vecinas de Oteiza han estado ensayando para este día y se han ofrecido a bailar tras el cohete. Nos parecía una idea bonita para este momento”, informaba Rubén Martínez, alcalde de Oteiza, a Calle Mayor. Los cabezudos de la localidad dieron la vuelta al pueblo persiguiendo a los niños y acompañados por la banda de Cirauqui. Como es tradicional, muchas cuadrillas se pusieron el delantal para preparar los calderetes y, por la tarde, no faltó el Campeonato Mundial de Lanzamiento de Ballena.
El programa oficial de las Fiestas de Oteiza de 2019, que ha contado con un presupuesto de unos 40.000 euros, estuvo nutrido por numerosos actos para todas las edades. Además de las danzas populares tras el cohete, otra de las novedades fue la recuperación del concurso de disfraces. Tuvo lugar el 15 de agosto, día en el que Oteiza celebra el denominado Día del Patrón, en honor de San Miguel. “El concurso de disfraces fue todo un éxito. Hubo más de 600 personas viendo el desfile. Participaron 16 cuadrillas y los disfraces fueron espectaculares”, informaba Rubén Martínez, alcalde de Oteiza. El viernes estuvo dedicado a la mujer. El cohete lo lanzó la Corporación femenina del nuevo Ayuntamiento y hubo comida popular. Los niños y niñas disfrutaron con el pintacaras y la jornada continuó con la vuelta al pueblo con los cabezudos, la bajadica de la cuesta Galo y disco móvil. El fin de semana contó con muchos actos. El sábado estuvo dedicado al deporte y a la juventud. Por la tarde, se disputaron partidos de pelota y los jóvenes celebraron por todo lo alto su día con una comida en el arbolado. La sobremesa estuvo amenizada por el grupo de percusión latina y danza africana Forté Fare. La Mala Pékora no faltó a su cita y una larga noche de juerga dio paso al domingo, último día de las fiestas. Las personas mayores y los niños y niñas fueron los grandes protagonistas de la última jornada. A las 12 horas, la Corporación txiki lanzó el cohete. Los mayores acudieron a una misa, en su honor, a las 12:30 horas. Las actividades infantiles, danzas populares y el torico de fuego dieron paso al pobre de mí, que no impidió que la juerga continuara, para algunos, hasta altas horas de la madrugada.