A las 12 horas del 14 de agosto sonaba el cohete que dio inicio a las fiestas de Muniáin. Después del exploto, los allí presentes pudieron conseguir balones y caramelos. Al cohete le siguió una chistorrada, la comida popular y un súper tobogán. Por la noche, la orquesta Scala puso el punto musical a la jornada.
El 15 de agosto estuvo dedicado a la Virgen de la Asunción. En su honor, se celebró la procesión y una misa cantada por el coro del pueblo. El siguiente plato fuerte del día fue el concurso de ajoarriero. El 16 de agosto estuvo dedicado a los niños y niñas por lo que se celebraron multitud de actos infantiles. La ofrenda floral, el gran parque infantil, un espectáculo de magia, la fiesta de la espuma y el concurso de disfraces hicieron felices a los más ‘peques’ del pueblo. Las personas mayores tomaron protagonismo el último día de las fiestas. Se celebró una misa en su honor y después disfrutaron de un rico lunch y del concierto. Los partidos de pelota y los concursos de calderetes y disfraces pusieron fin a unas fiestas que acabaron con el pobre de mí y una rica chocolatada. ¡Hasta el año que viene!