El presidente del área de Servicios, Jorge Crespo, explica que, consultados varios médicos en la ciudad, los profesionales advierten del riesgo para la salud pública que generan los excrementos de estos animales con una mayor incidencia en el casco viejo y otros puntos céntricos de la ciudad. “Incluso en algunos lugares sería recomendable no ventilar por la humedad que en un principio generan los excrementos y por el polvillo en suspensión que se crea después”.
El Ayuntamiento afronta un problema que viene de lejos y que se ha intentado solventar con medidas de control de plagas mediante la instalación de jaulas con reclamo y con piensos esterilizantes. Sin embargo, estas acciones chocan contra la actuación irresponsable de vecinos que deciden alimentar a estas aves urbanas por su cuenta y riesgo. “Eso hace que las jaulas no sean tan atractivas para las palomas. Si antes podíamos coger unas 400 al mes, es decir, en torno a 5.000 al año, ahora los números han bajado hasta los 200, por lo que las medidas no son suficientes”, explica.
Por ello, el consistorio va a realizar una modificación exprés de la Ordenanza que permita sancionar no ya con 400 euros, sino con 500, y con 750 en caso de reincidencia. “El objetivo no es recaudar, sino disuadir, porque a veces no se entienden las cosas de otra manera. Queremos que haya palomas, pero de manera controlada. No puede ser que la gente las alimente y, además, lo haga con pan y arroz, que les sienta fatal y hacen que aumenten los excrementos”. Según datos aportados por Crespo y facilitados por la empresa de control de plagas, si una paloma elimina entre 10 y 15 kilos de excremento al año, con una alimentación inadecuada la cantidad aumenta hasta los 15 kg.
Pero la alimentación no es el único problema. El abandono de viviendas, solares y áticos convierten a estos lugares en foco para la anidación de palomas. El consistorio va a tomar medidas urgentes que consisten en la identificación de esos nidos para solicitar a los propietarios que pongan su grano de arena en la solución del problema. “En muchos casos no es más que cerrar una ventana, una puerta o bajar una persiana”. Con la modificación de la Ordenanza las multas por infracción pueden alcanzar los 7.200 euros.
Objetivos: acción y disuasión
La modificación de la Ordenanza de Limpieza Viaria, que se va a realizar en un primer momento de manera exprés, y después con carácter más general, pretende, por un lado, disuadir en la alimentación de las palomas por parte de vecinos y, por el otro, llamar a la acción de propietarios de locales y viviendas vacías y/o abandonadas. Se va a establecer diferentes sanciones:
Entre 500 y 750 €. Quien decida alimentar a las palomas se arriesga a una multa de 500€ y de 750€, en caso de reincidir.
7.200 euros. Los propietarios de locales y viviendas que desoigan las solicitudes del Ayuntamiento se enfrentan a sanciones de hasta 7.200€.