““Les doy indicaciones y les invito a comer o a cenar en mi casa”“Pero ninguna persona puede obviar sus orígenes, su cultura, su idioma, incluso su gastronomía. Por ello, como un homenaje a sus raíces y una mano tendida a sus conciudadanos, abre las puertas de su casa en el barrio de San Miguel a los peregrinos coreanos que van a Santiago. Una comida, una cena o un café sirven para conocer a gente de su país y recibir noticias.
¿Cómo surgieron estas invitaciones?
Durante el fin de semana, me encanta pasear. Me doy la vuelta por la zona de la alcoholera y el camping y, por el Camino de Santiago, me encuentro con muchos peregrinos de Corea. Me miran, me reconocen como coreano y no puedo dejarlos solos. Hablamos, les doy indicaciones y a muchos les invito a comer o a cenar en mi casa para charlar un poco y ayudarles en lo que pueda.
¿Casi todos aceptan?
Suelen aceptar, les gusta encontrarse con gente de su país en un lugar tan lejano. Le llamo a mi mujer y le digo “oye, que vienen a comer dos, tres, los que sean”. Estamos muy a gusto hablando un rato y ellos lo agradecen. Les informo sobre esta zona que conozco, les doy consejos, como que coman chistorra, y les facilito un folio con algunas palabras básicas en castellano. Cocinamos al estilo coreano, porque ellos no están acostumbrados a la gastronomía de aquí.
¿Y qué opina su mujer?
Está encantada de relacionarse con gente de nuestro país. Ella, cualquier día que se encuentra en la calle con algún peregrino se toma un café y charlan. Lo de las invitaciones en casa no es una cosa que se pueda hacer a diario, porque trabajamos, pero en fin de semana lo hacemos con mucho gusto.
¿En qué estado llegan los peregrinos a Estella?
Han recorrido cinco etapas, están cansados y empiezan las rozaduras y las ampollas, pero como no han hecho más que empezar, llegan muy emocionados.
¿Les sorprende encontrarse con una familia coreana viviendo en Estella?
Se sorprenden mucho de vernos. Me suelen decir “¿qué haces aquí?”. Ahora es normal en Estella ver a personas de otros países, pero cuando nosotros llegamos, no recuerdo que hubiera orientales. Sólo había algún alemán y un médico chino que pasó en Estella unos meses.
¿Cómo es el perfil del coreano que realiza el Camino de Santiago?
Viene gente de todas las edades, muchos jóvenes de 20 a 30 años, pero también de 50 y gente jubilada. Algunos hacen el Camino en pareja, pero también muchos van solos y se encuentran en San Jean de Pied de Port. Existe un portal en coreano sobre el Camino de Santiago que sirve de punto de encuentro entre la gente que quiere vivir la experiencia. Muchos contactan de esa manera.
Aumenta el número de peregrinos coreanos en el Camino de Santiago. ¿A qué puede deberse?
Pienso que la motivación es, sobre todo, turística y cultural, y también que España les resulta económico. Hacer el camino une la actividad física y la mental. Además, en Corea el Camino de Santiago se promociona bastante. Una profesora de universidad escribió un libro hace un tiempo que ha contribuido a popularizarlo más.
¿Ha hecho el Camino?
La anterior Semana Santa realicé nueve etapas, desde Roncesvalles hasta Belorado. No tengo tiempo para hacerlo de seguido, así que iré poco a poco. Esta Semana Santa, si el tiempo deja, intentaré seguir.
¿Qué echa de menos de su país?
Prácticamente nada, se vive muy bien aquí. Me siento como en el patio de mi casa, comparado con Seúl. La capital tiene diez millones de habitantes y el extrarradio suma otros diez mil. Estella me encanta y su gente es muy agradable. Aquí están mi vida y mis actividades, como la participación en una fanfarre local.
¿Viaja a menudo para ver a su familia?
En Seúl vive mi madre, con 80 años, y por ella viajo a Corea cada tres o cuatro años.
¿Has hecho muchas amistades gracias al Camino de Santiago?
Muchas, con algunos peregrinos mantenemos el contacto mediante el e-mail.