Las latas y los envases de plásticos fueron los residuos más comunes, pero también se rescataron del río y de sus orillas objetos voluminosos, como un sillón, un carro de la compra e incluso un televisor moderno. En total se llenaron cerca de un centenar de bolsas de residuos. En esta ocasión, se incidió especialmente en dos puntos problemáticos a lo largo del río, donde habitualmente se acumula basura: la trasera de la avenida de Yerri y la trasera de la plaza del Azucarero, donde aparecieron, además de latas de bebidas, restos orgánicos.
La iniciativa, que se organiza anualmente, busca por un lado involucrar a la gente en la limpieza del río, ahora que está todavía tiene poco caudal, y, por el otro, sensibilizar sobre la importancia de cuidar día a día del medio ambiente.