Fueron momentos de miedo y de incertidumbre, como relatan los alcaldes de varias de las localidades afectadas. Los agricultores de la zona se volcaron con sus propios medios para crear cortafuegos, puesto que los medios de extinción estaban repartidos por los diferentes fuegos que sucedían a la vez en Navarra y que habían obligado a desalojar varios municipios.
Hasta el incendio de Tierra Estella se acercaron bomberos del parque de Estella y también desde La Rioja y desde Santa Cruz de Campezo, en Álava. El fuego arrasó campos de cereal, viñas y olivo, además de monte bajo en un suceso en el que, afortunadamente, no se lamentaron daños personales ni en viviendas.
En la tarde del sábado, otro pequeño incendio se produjo en Etayo, donde se movilizaron también tractores y los vecinos trabajaron por apagarlo. El valle de Guesálaz se vio, asimismo, afectado por el incendio procedente de Valdizarbe. El embalse de Alloz tuvo que ser desalojado para facilitar la recogida de agua de los medios aéreos. El sábado se desalojaba también Guirguillano, además de otros pequeños concejos próximos como Viguria, Muzqui y Arzoz.
Desde Arróniz, su alcalde, Ángel Moleón, explica cómo se vivió en la localidad el incendio desde que comenzó en torno a las seis de la tarde. Aclara el primer edil que, aunque el nombre de Arróniz identificara el fuego de Tierra Estella, el término municipal no se vio afectado por el fuego. “Los primeros momentos fueron de mucha tensión por la cercanía de las llamas a los cascos urbanos tanto de Arróniz, como de Barbarin y de Luquin. Teníamos miedo por cómo se iba a desarrollar el fuego. El viento de sur hizo que el incendio fuera en dirección contraria a las localidades y, además, a través de la movilización ciudadana, se pudieron hacer cortafuegos”, explica.
La movilización de los agricultores y de los vecinos fue ejemplar. “Cuando llamamos al 112 ya nos pidieron que avisáramos a los agricultores porque los medios en esos momentos no podían llegar. La respuesta fue rápida y muchas personas de Arróniz, como del resto de localidades, se pusieron a trabajar con sus herramientas. El sábado a la una de la mañana había cerca de 200 tractores”.
En Barbarin fue donde se originó el fuego. La razón, apunta su alcaldesa, Carmen Puerta, pudo ser un rayo puesto que hubo un fallo eléctrico que coincidió con una tormenta seca. “En el campo de cereal donde comenzó el fuego hay una torre de luz. Iberdrola está investigando qué pudo pasar”, cuenta.
Momentos duros vivieron los vecinos de Barbarin y de Luquin durante un fin de semana de tensión que solo se relajó el lunes por la mañana, cuando el fuego estuvo ya controlado. “Los bomberos no llegaron hasta las tres de la mañana del sábado al domingo porque la situación en Navarra estaba desbordada. Ya había un llamamiento entre los alcaldes para pasar la voz y llamar a agricultores, que llegaron de todos lados con sus tractores para hacer cortafuegos y traer agua. Fue hacia las tres y media de la noche cuando el fuego pasó la autovía por dos puntos. A la mañana siguiente parecía que estaba todo apagado, pero se volvió a activar”, cuenta.
Cien hectáreas
En términos de Luquin y Barbarin se calcula que ardieron cien hectáreas, campos de cereal y olivos también cuatro zonas de monte bajo. “Estamos a la espera de lo que nos diga Medio Ambiente, a ver qué es lo más aconsejable. Nosotros seguiremos el protocolo que nos marquen, nuestra sensación en el pueblo ahora es de pena e impotencia por todo lo que ha pasado, no solo aquí sino en todo Navarra. Vivirlo en tu pueblo es muy duro”.
La localidad de Los Arcos centró también la atención del incendio producido en Tierra Estella. “Fueron horas de mucha tensión”, dice el alcalde, Javier Chasco. Y de incertidumbre. “Queríamos que no pasara al monte porque entonces podría llegar al pueblo. Cuando el fuego cruzó la autovía y cogió el monte de la Raicilla nos preocupamos porque está rodeado de parcelas de cereal hasta la localidad y, por la parte norte, podría llegar enseguida a la sierra de San Gregorio. Eran nuestros mayores miedos”.
Los vecinos de la zona fueron ejemplo de lucha, volcados en proteger el territorio y evitar que se extendiese el fuego. “En seguida llegó una dotación del parque de Santa Cruz, que pensaron que el fuego había llegado a Codés, y nos pudieron ayudar”, añade el primer edil arqueño.
Los agradecimientos se repiten también en esta localidad. “Los agricultores se implicaron desde el momento cero”. Ahora, explica Javier Chasco, tocará seguir las recomendaciones de medioambiente y también hacer valoración y debatir de qué manera se puede actuar en otra situación similar para que el impacto sea menor.
Como recuerdo del paso del fuego por monte y campos, el entorno afectado se viste en Tierra Estella de blanco y negro.