Carlos Moreno trabaja para la Mancomunidad de Montejurra como encargado de la brigada de Servicios Múltiples y realizando diferentes actividades vinculadas con la gestión de residuos. Su labor diaria le lleva a recorrer la totalidad de los pueblos de Tierra Estella y en sus trayectos habituales se topa con las bicicletas oxidadas y olvidadas en rincones polvorientos o en el fondo de bajeras y trasteros.
Fue durante el confinamiento en la pandemia cuando su afición por revivir bicicletas antiguas se convirtió en un proyecto personal más ambicioso. “Aquí en la bajera de Estella tendré unas cien bicicletas, esperando turno para arreglar, pero es que tengo en Villatuerta una nave donde acumulo muchísimas más. Allí me iba yo en tiempos de pandemia para ocupar la mente y matar el tiempo”, relata. “Muchas más” puede traducirse, en 400 o en 500, ejemplares de todas las marcas, tipos y modelos.
Un tesoro de dos ruedas
Entre sus cientos de bicicletas abundan las BH, las Torrot y las GAC, las Derbi y las Orbea, aunque también conserva algún ejemplar italiano y portugués. “Prefiero lo español, lo que se hacía aquí. Es una pena que algo tan útil en su momento se pierda y se oxide”, lamenta. Entre sus joyas destacan las BH California, las bicicletas plegables Gazelle y las todoterreno Motobecane, que fueron iconos de las décadas de los 70 y 80.
Los modelos de su colección incluyen también bicicletas de paseo con barra alta o baja, motoretas infantiles, bicis BMX y las legendarias Bicicross. “Eran la bomba en su tiempo”. También ha logrado hacerse con piezas especiales, como una BMX BH Serie Especial MAG, un modelo codiciado por coleccionistas.
La filosofía de Carlos Moreno al restaurar bicicletas es mantener su esencia original. “El óxido también es un color”, asegura. Limpia, desengrasa y barniza las piezas sin eliminar la pátina que refleja su historia. En ocasiones, sustituye cadenas, frenos o pedales, pero siempre procura que sean repuestos de la época. Cuando se trata de restauraciones más profundas, lija, aplica imprimaciones, pinta y coloca pegatinas idénticas a las originales.
Sin embargo, también disfruta de tunear algunas bicicletas, añadiendo cambios al modelo original o pintándolas en colores llamativos. “Es un trabajo infinito, pero me entretiene. Por las tardes de invierno me pongo con ellas y se me pasa el tiempo volando”.
Los recuerdos sobre ruedas
El coleccionismo para Carlos Moreno es más que acumular bicicletas: es revivir momentos significativos. “Me traen recuerdos de la infancia, como mi primera bicicleta, una Torrot, o las BH que pasaban de hermano a hermano”, comparte. Cada bicicleta restaurada no solo recobra su funcionalidad, sino que también revive historias personales y familiares que parecían olvidadas.
Aunque su colección sigue creciendo, Moreno busca darles una salida a algunas de las bicicletas. “Los jóvenes de hoy las ven y se ríen, pero son bicis que apenas están usadas y tienen muchísimo valor”, explica. Además, mantiene contactos con otros aficionados y organizaciones como Traperos de Emaús, que lo ayudan a localizar ejemplares.
Carlos Moreno García no solo restaura bicicletas; preserva una parte de la historia reciente y del patrimonio cultural. Cada pedal, cada rueda y cada freno es un homenaje a los días en que las bicicletas formaban parte de la vida cotidiana para el ocio y el desplazamiento en los pueblos. Su labor, paciente y minuciosa, mantiene vivo el espíritu de aquellos años dorados sobre dos ruedas.
CUATRO DESTACADAS
La más antigua de su colección
Una BH azul de la década de los 70
“Es una BH de adultos de color azul. Lleva foco, que son difíciles de conseguir. Estos manillares se siguieron utilizando en modelos posteriores. Las que más se cotizaban de este modelo eran las que tenían frenos de varilla, pero yo no tengo ninguna con ellos. El otro día la probé y me quedé asustado de lo bien que iba”.
La más difícil de encontrar
Una BH MAG
“Ésta es una bicicleta de los 80. Lleva un cuadro común, compartido con las California. Como particularidad, sus yantas, plásticas. Su sillín es el típico Delta, tipo motrocross con barra en medio para que no se doblara. Es una bici de BMX”.
La más customizada
Una Motoretta (la que más trabajo le ha dado)
“Las Motorettas las hacían rojas y amarillas. Venían con una parrilla muy basta. Esta bici se ha pintado en color crema, se le han puesto guardabarros modernos, cambios, yantas de aluminio para que pesen menos y un sistema de tres velocidades en el buje. No lleva ni piñones ni nada y su asiento es particular. Es una bici de los años 80 reacondicionada que ha dado mucho trabajo, pero se hace por capricho”.
La primera bici de Carlos Moreno
Una Torrot azul comprada en Alonso
“Mi primera bici me la regalaron después de la comunión. Era ésta, ésta es mi bici, que la he guardado. Se trata de una Torrot azul comprada en Alonso, la que teníamos todos en mi época. Lleva parrilla, asiento de cuero, manguitos y tiene patilla”.