Este año la muestra arranca su recorrido con un belén muy especial. Sin duda, el más antiguo de cuantos se han visto en la sala. Un belén de Domingo Llauró preside el ala derecha de la exposición, cedido al colectivo de belenistas, y con unas dimensiones cercanas a los cinco metros cuadrados. Domingo Llauró visitó la exposición y se reencontró con el belén que comenzó a crear en 1959 y que año tras año fue completando. Ahora se muestra por primera vez en un espacio público.
Al belén de Llauró, primera parada, sigue una composición de formato más pequeño, realizada por Luis Michel. Ofrece una estampa tradicional, al igual que otras obras de la exposición, entre ellas un belén nevado y un nacimiento entre casas que ya se expuso el pasado año. Junto a ellos, destaca el belén que rinde homenaje al ayuntamiento de Estella-Lizarra. Se trata de una recreación que no deja dudas, al que no le falta el característico reloj ni el balcón desde el que se inauguran las fiestas patronales. La presidenta de la Asociación de Belenistas, Yolanda Alén, explica que éste se expuso por primera vez en 2017 en el zaguán del Ayuntamiento. Este año se puede contemplar en la casa de cultura.
Al fondo a la izquierda de la sala, en lugar privilegiado, se muestra en una superficie de ocho metros cuadrados el belén más espectacular de esta edición, una obra que ha supuesto al colectivo artesano todo un año de minucioso trabajo. Uno de los socios, Paco Martínez de Baroja, se refiere a su temática principal: el puerto. “Es el único que tiene agua. Recrea un puerto antiguo y muestra, como si fuera a las afueras del pueblo, el pesebre con el belén. No sólo el agua lo hace especial, también la iluminación que se ha puesto, con el ciclo de luz del día”, explica.
Junto a él, los muñecos de Playmobil vuelven a captar las atenciones, sobre todo de los más pequeños. Tras un año de parón, cuando estos pequeños juguetes se quedaron sin ver la luz, han vuelto a salir de las cajas como participantes de una recreada cabalgata de Reyes en Estella. “El belén recrea la plaza San Martín, con casas que realizó Michel y con otras que hemos hecho para esta composición. En el edificio del antiguo ayuntamiento se ha instalado el nacimiento. Como se ve, las figuras han sido vestidas para la ocasión como danzaris, como miembros de la banda y como escolares montados en las carrozas con la misma temática que las apymas eligieron el año pasado”, cuenta Alén.
Otro nacimiento de tamaño medio, mostrado también el año pasado y que brinda gran parte del protagonismo a las figuras, un belén de iniciación y otro original montado sobre el marco de un cuadro cierran el recorrido dentro de la sala. En el exterior, en el primer piso del patio de la casa de cultura, despiden la muestra o dan la bienvenida, como se quiera entender, seis arquetas nuevas con diferentes recreaciones. Entre ellas la Mezquita de Córdoba y el ya habitual photocall con la Virgen, San José, el Niño, el buey y la mula. La exposición se puede visitar hasta el 6 de enero, incluido.
Al margen de la muestra, la Asociación de Belenistas ha cedido e instalado este año los belenes de las tres iglesias de la ciudad –San Pedro, San Miguel y San Juan-, el del Hospital García Orcoyen, el de la Mancomunidad de Montejurra, las dos recreaciones del zaguán del ayuntamiento, nuevas para esta Navidad, el de la oficina central de la Caja Rural y un belén que recrea el pueblo de Galdeano, en la iglesia de esta localidad.
El legado de Domingo Llauró
Hablar de Domingo Llauró, de 95 años, es hablar de una institución en Estella-Lizarra, a pesar de su nacimiento en Mataró (Barcelona). Con 10 años Domingo Llauró llegó a la ciudad del Ega, de donde era su madre, ciudad a la que se ha dedicado siempre en cuerpo y alma y que le hizo Hijo Predilecto. Muy polifacético, Llauró es la única persona viva de la primera junta de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, y entre muchas otras cosas, fue miembro de la Rondalla Los Estellicas y la persona que durante 50 años se encargó de hacer las pancartas de fiestas de las peñas.
A Domingo Llauró se le conoce por su dedicación y compromiso con la historia y curiosidades de la ciudad a través de escritos, la recopilación de material, fotos y grabaciones. A todo ello, se suma un belén que comenzó en 1959 y que durante décadas fue creciendo.
El ingreso hace un año de Llauró en la Residencia La Luz le ha llevado a tomar la decisión de donar buena parte del material que conserva. El belén se lo ha entregado a la Asociación de Belenistas de Tierra Estella, su colección de 30.000 fotografías se va a donar al Archivo General de Navarra; sus grabaciones, entre ellas muchas realizadas por su hermano Pepe Llauró, se van a trasladar a la Fonoteca de Navarra y todos los recortes de prensa que guarda desde 1950 hasta 2020 se encuentran ya en la biblioteca de Estella, nada menos que 102 tomos disponibles para la consulta del usuario.
Durante la visita de Llauró a la exposición de belenistas estuvo acompañado por varios miembros de su familia. Repasó con cariño la disposición de sus figuras, percibiendo cambios en la distribución, pero agradecido del trabajo realizado por los socios. Llauró montaba en casa su belén cada año en noviembre y lo desmontaba en febrero, por la Candelaria. En los últimos años ya estaba fijo en una habitación y le gustaba mirar las figuras y los detalles. Ahora, su belén, está en buenas manos y con opciones de ser disfrutado. “Estoy contento de que sirva para algo, de que la gente lo vea”, decía el autor.