Los trabajadores explicaban que el mensaje desde el departamento de Salud no es claro. En un primer momento se anunció un cierre a partir del 1 de julio. En la mañana de la concentración, el anuncio se moderaba hacia una reducción en el número de camas.
Actualmente, el servicio de atención domicilia, integrado por un médico y siete profesionales de Enfermería, tiene asignadas doce camas; es decir, realiza el seguimiento de doce pacientes hospitalizados en su propio domicilio. Durante 2023, fueron 400 las personas atendidas y en el pasado mes de agosto la ocupación de esas doce camas alcanzó un 83%. “Hoy (por el día 13) por la mañana, nos dicen que no van a cerrar, que nos van a dejar con entre cuatro o seis camas, pero esto es un parche. Queremos seguir ofreciendo un buen servicio, e incluso que se potencie”, explicaba uno de los profesionales concentrados.
El Servicio de Atención Domiciliaria se comenzó a realizar en el Hospital García Orcoyen en 2010. En 2017, se reforzó pasando de un médico a dos. En 2021, el Servicio vivió una situación similar a la actual, cuando permaneció cerrado cinco meses. Se volvió a retomar, pero con tan sólo un médico.