
La Asociación Tierra de Iranzu y los ayuntamientos de Abárzuza y de Villatuerta organizaron la programación que comenzó el sábado a las ocho de la mañana con el vuelo de globos desde el monasterio de Iranzu. Nada menos que doce globos levantaron el vuelo y permitieron a varios visitantes conocer la zona desde el aire.
Otro de los platos fuertes se reservaba para las siete de la tarde, cuando comenzó la representación de la Batalla, una obra que llenó aforo y lo superó y que puso en escena a cerca de un centenar de actores y de extras del pueblo. Cabe destacar la participación del grupo de teatro de Pamplona, Butaca 78, que llevó el grueso de la representación, bajo la dirección de Laura de la Iglesia.
No sólo la historia, también la moda, como aspecto de la primera, tuvieron protagonismo en Abárzuza. Gracias a la colaboración de doce modelos del municipio y del Museo Etnográfico Reyno de Pamplona con el aporte de las piezas, los asistentes pudieron conocer el modo de vestir, incluida la moda íntima, del siglo XIX. La novedad este año fueron los artículos masculinos. La música, del siglo XIX, puso la mejor ambientación al evento.
La Batalla permitió recrear las trincheras carlistas del siglo XIX, en las cuales hubo un combate cuerpo a cuerpo entre los dos bandos de la contienda, y también se representaron los antiguos oficios de Abárzuza, con la carbonera, el ganado y otros, a cargo de las mujeres de Abárzuza.
Tras la batalla, el Monasterio de Iranzu acogió una exhibición de trial bici, con la Escuela Triabici Ros, y el espectáculo Night Globo se trasladó a Abárzuza, debido al fuerte viento. Ya el domingo, a las 8 de la mañana, en Villatuerta, se celebró la segunda exhibición de vuelo de globos aerostáticos, que tomaron vuelo desde la iglesia Nuestra Señora de la Asunción.
Para completar la jornada y terminar la programación de todo el fin de semana, un grupo de visitantes participó en la visita guiada a la excavación del Fuerte Príncipes de Asturias, en Arandigoyen, a cargo del arqueólogo Iban Roldán. Un rancho para la tropa y vinos de la tierra pusieron el punto final. En la iniciativa colaboraron departamento de Turismo de Gobierno de Navarra, la Fundación Caja Navarra, Electricidad Kesma, Mig y Repsol.