
Dos tipos de trabajos integran la muestra. Basalo explica que, por un lado, recurre al fotomontaje para mostrar situaciones imposibles y, por otro, a una combinación de objetos que ofrece un juego visual que entusiasma al espectador.
Un paseo por la sala de la casa de cultura Fray Diego permite ver escenas casi oníricas, soñadas, de Estella, en algunas de las cuales participa el propio autor. La iglesia de San Pedro inundada por el mar y con la presencia de una ballena; la travesía de Estella que desemboca poco menos que en una autovía o el ‘trenico’ que espera en la actual estación de autobuses son tan sólo unos ejemplos.
La transformación o fusión de objetos es la otra línea creativa. Así, una bombilla mana como gota de agua desde un grifo mal cerrado; un insecto se convierte en silbato y un pescado toma cuerpo de hoja de laurel. “Mi objetivo es que la gente pase un rato a gusto, que se divierta y se sorprenda. Cada imagen tiene algo llamativo y todas, su porqué”.
Con visión observadora afronta Basalo su día a día, buscando creatividad en todos los rincones. “Cualquier cosa, desde una hoja a un columpio puede llamar mi atención. Me paro a analizar cuando veo algo interesante y le saco una foto con el móvil porque de ahí puede salir algo”, explica el autor que, atrevido, incluso pone su cara al enigmático rostro de la Mona Lisa. De hecho, ésta es la imagen del cartel que invita a una exposición que como frase célebre adopta la de Albert Einstein: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.