El mundo entero gira, en estos momentos, en torno al coronavirus. Tú llevas familiarizada con estos virus desde hace muchos años. En palabras sencillas, ¿qué es el Covid-19?
Los coronavirus son virus que los definimos como emergentes, con un gran potencial pandémico. Están en la naturaleza, en reservorios como pueden ser los murciélagos y, de forman inesperada, tienen la capacidad de mutar y saltar a otros animales y al ser humano, y transmitirse de una persona a otra, de manera silenciosa. Tienen como una especie de súper poder.
En un principio se le comparaba con la gripe…, pero la OMS declaró la alerta sanitaria mundial tras la enorme expansión del coronavirus. ¿En qué se diferencian ambos virus?
Son virus de familias muy diferentes biológicamente. Los dos virus son respiratorios y tienen potencial pandémico, por ello es que analógicamente podrían equipararse. Pero la realidad es que la forma de causar el daño es diferente. Para la gripe, como población, estamos preparados porque conocemos este virus desde siempre y tenemos vacunas e inmunidad al haber estado en contacto con el virus y, aunque tenga la capacidad de cambiar, hay inmunidad. Sin embargo, al SARS-CoV-2 no lo conocemos y no tenemos inmunidad frente a él porque no hemos estado en contacto. Cuando nos infecta, no encuentra resistencia ni armamento farmacológico específico frente a él. Por lo que cuentan los médicos, la clase de neumonía es más grave que la que da la gripe y afecta a los dos pulmones, por lo que la persona no puede respirar debido a la inflamación tan grave que provoca.
El 80% de las personas pueden infectarse y no tener efectos y estar transmitiendo el virus de manera eficiente al resto
¿Qué porcentajes de mortalidad tienen ambos virus?
Los dos virus pueden agravar la salud de las personas al provocar neumonías. Ante la gripe estacional, el porcentaje de mortalidad es del 0,1%. Es decir, de cada 1.000 personas, moriría 1. Ante este nuevo virus -que causa un 20% de infecciones muy severas, al provocar neumonías bilaterales, que afectan a los dos pulmones- el porcentaje de mortalidad, yéndonos a una estimación mínima del 1%, es en general 10 veces mayor que la de la gripe estacional.
¿Qué es lo que más miedo le da de las características de este coronavirus?
Lo que le ha convertido en una pandemia con estas implicaciones es la cualidad de transmitirse de manera silenciosa y a escondidas. Tiene un ciclo de comportamiento que no es como el que estábamos acostumbrados, ya que lo hace escurridizo. El 80% de las personas pueden infectarse y no tener efectos y estar moviéndose y transmitiendo el virus de manera eficiente al resto. Se está contagiando sin avisar. La transmisibilidad es grande y se escapa del control, es como si tuviese una capa de invisibilidad.
La vacuna se puede conseguir en unos 12 o 18 meses
¿Qué tratamientos se están aplicando para frenar la infección mientras no llegue la vacuna?
Un tratamiento sintomático en las personas leves, con paracetamoles si tienen fiebre o en las etapas tempranas, que es cuando el virus afecta a las vías respiratorias altas. En esta primera etapa se están aplicando antivirales -que su eficacia se tiene que confirmar científicamente, pero que parece que funcionan- como son la hidroxicloroquina, que se suele utilizar para frenar la malaria, o el remdesivir, utilizado contra el ébola. Se trata de ensayos clínicos para demostrar con grupos grandes y que se comprobarán a mediados de abril. En las últimas etapas de la infección, cuando llega hasta el pulmón, los antivirales son menos eficaces, ya que el coronavirus provoca una gran inflamación en los pulmones, que puede acabar causando la muerte. Se aplican medicamentos antiinflamatorios para controlar la inflamación descontrolada con corticoides monoclonales.
¿Quiénes son las personas más vulnerables ante el nuevo virus?
Un 80% de los infectados son asintomáticos o desarrollan síntomas muy leves y en un 20% la infección es severa y puede ser mortal. Son más vulnerables las personas de más de 60-65 años, o las personas que padecen enfermedades previas como hipertensión, diabetes, problemas respiratorios, cardiopulmonares, etc.
Mientras la población está confinada, el trabajo de investigación continúa en tu laboratorio para lograr dar con la vacuna en España, ¿en qué estado se encuentra su desarrollo?
Este laboratorio lleva trabajando el coronavirus desde hace 35 años. Desde hace 17 años se estudian coronavirus humanos parecidos a este. Nuestro objetivo es conocer cómo el virus causa el daño para diseñar las vacunas y los antivirales. Nosotros nos encontramos en la primera etapa, construyéndola en el laboratorio. Estamos creando el candidato a vacuna. A la vez estamos preparando el modelo animal para evaluar. Tenemos la ventaja de que no empezamos desde cero porque llevamos muchos años trabajando en coronavirus y ya hemos ensayado para otros, por lo que hemos aprendido y reformulado lo que no funcionaba, y ya tenemos relativamente claro cómo es la vacuna que estamos construyendo, lo que tiene que llevar y lo que no. Puedo confirmar que vacunas similares a las que estamos haciendo, son efectivas en animales como los ratones. Tenemos cierta seguridad y garantía de que nuestra vacuna va a funcionar.
cuanto más conocimiento y armas tengamos contra estos virus, mejor podremos enfrentarnos a ellos cuando ataquen
¿Buscan otros laboratorios españoles más vacunas?
A raíz de la extensión de este coronavirus, otros laboratorios también están inmersos en la creación de sus candidatos para las vacunas. Cada uno sigue su estrategia. Para la vacuna no hay una fórmula, hay muchas clases de vacunas, cada una tiene sus limitaciones y sus ventajas y es necesario que se prueben muchas para poder ensayar y encontrar las que mejor funcionen o puedan ser más recomendadas para mayores, jóvenes, etc. Cuando se estudian distintas perspectivas, se amplían las posibilidades de acertar con las más efectivas.
¿Cuándo crees que España dispondrá de una vacuna contra el coronavirus?
En una situación normal, cuesta años. En estos momentos en los que hay una situación de emergencia, se puede conseguir en unos 12 o 18 meses. Hay que tener en cuenta que para crear una vacuna hay que pasar por diferentes etapas. Lo primero es el laboratorio, después ensayarla en modelos animales. Si funciona en animales llega la etapa de escalado, es decir, hay que producirla a gran escala para crear millones de dosis y comprobar que en este proceso no pierda las propiedades y, después, ensayarla en personas, que se lleva a cabo de manera muy controlada. Primero en personas que no están contagiadas para comprobar que no tiene efectos adversos, después en personas expuestas al virus, etc., hasta comprobar que es efectiva, que no causa daños y que es segura. Es por ello, que en nuestro laboratorio aspiramos a que la vacuna sea segura y eficaz en el tiempo.
¿Algún país ha ensayado ya vacunas con humanos?
En China y en EEUU ha habido ensayos de vacunas con humanos, pero todavía no se han aprobado, son vacunas que se han elaborado muy rápidamente, a las que han añadido uno de los componentes del virus, que es la proteína S, pero el virus tiene otras proteínas que si se incluyen se obtiene una respuesta inmune más equilibrada, potente y duradera.
¿Hasta cuándo crees que puede durar la expansión del virus? ¿Cuándo volveremos a la normalidad?
Es difícil hacer predicciones porque estamos ante lo desconocido. La situación es nueva, el virus está circulando y bajo cierta invisibilidad. Mientras las personas portadoras sigan contagiando, el virus está ahí y tiene capacidad de volver a producir picos de infectados. Lo que hace el confinamiento es que haya menos personas en la calle y que se le pueda dar respiro al sistema sanitario para atender a los infectados. Debido a la expansión, es difícil pensar que en dos meses haya desaparecido de la faz de la tierra. En el caso más optimista, debido al aislamiento, se conseguirá que el virus circule menos de lo que circula y que los contagios estén por debajo de lo establecido en las epidemias. Ahora puede pasar que el pico va bajando y que dé un respiro y no viéramos aumentar el número de casos, pero es posible que dentro de unos meses el virus vuelva como lo hace la gripe.
¿Con el mismo poder de contagio?
No va a ser el mismo escenario porque ya hay personas que se han infectado y ya hay una cierta inmunidad. Esta transmisibilidad no va a ser tan sencilla como ahora.
¿Cuánto tiempo dura la inmunidad ante el virus?
No se sabe porque el virus es nuevo y no ha pasado tiempo como para comprobarlo. Puede ser que una persona no inmunice de por vida, que con los años se vaya perdiendo esa inmunidad, pero para entonces estará la vacuna para inmunizar a las personas de manera artificial.
La Comarca de Tierra Estella es una de las zonas de Navarra con una menor tasa de contagios por 1.000 habitantes, ¿a qué puede ser debido?
Hay muchas variables que intervienen; la densidad de población, cuantas más personas juntas haya, hay más posibilidad de que el virus cause daño; la edad de la población, en Europa hay un mayor envejecimiento de la población que en China y somos más vulnerables; un buen sistema sanitario también es la clave, ya que una persona sabe que está infectada cuando va al hospital, y si no tiene esa posibilidad, como en algunos países, la situación se agrava mucho; y también está la responsabilidad individual, el conocimiento y el cumplir con las normas de prevención dictadas por las autoridades sanitarias.
Como investigadora del coronavirus, ¿crees que se ha gestionado bien la situación y que se están tomando las medidas adecuadas para frenar el virus?
Esta es una situación difícil de valorar. Es un virus nuevo, todos estamos aprendiendo. A la hora de tomar decisiones, uno se encuentra con que, desde el punto de vista sanitario, hay que evitar la transmisión del virus y, a la vez, crear el menor impacto social posible. Entiendo que las instituciones van a tener que hacer autocrítica y ser previsores a la hora de comprar equipos de protección individual, EPIS, etc. Conforme esto se vaya pasando, es importante seguir financiando la ciencia básica para no abandonar la búsqueda de antivirales, anticuerpos y vacunas, ya que cuanto más conocimiento y armas tengamos contra estos virus, mejor podremos enfrentarnos a ellos cuando ataquen. Están en la naturaleza y tienen ese poder de causar epidemias, la amenaza es real y tenemos que estar preparados con mucha más rapidez y garantías.