Práctica deportiva sin competición

Práctica deportiva sin competición

La crisis sanitaria no deja indiferente a ningún sector. Los clubes hacen equilibrios para mantener su actividad, dirigida a jóvenes y escolares, como un recurso lúdico y formativo saludable

Son tiempos difíciles y de adaptación continua. También en el deporte. Los clubes de Estella han visto alterada su actividad desde la prohibición del deporte con contacto y la competición, pero trabajan sin descanso para mantener la actividad como un recurso lúdico y saludable dirigido a jóvenes y escolares. Lo hacen conscientes de la obligatoriedad de respetar los aforos y de mantener las distancias con todas las medidas sanitarias, tanto en el uso de hidrogeles y mascarilla, como en la desinfección del material y las instalaciones.

El Ayuntamiento de Estella-Lizarra tomaba la decisión de distribuir las instalaciones deportivas entre los clubes de tal manera que se utilizaran en exclusiva, salvo pequeñas excepciones. Esto contribuía a crear burbujas dentro de los clubes y a garantizar la seguridad.

De esta manera, el Balonmano Lizarrerria entrena en la carpa Oncineda; el Baloncesto Oncineda, en la cancha del polideportivo Tierra Estella; el polideportivo del IES Tierra Estella lo utilizan los dos equipos de bádminton, Estella y Belmecher, y el Club Atlético Iranzu, y los clubes de pelota San Miguel y Lizar Jai hacen uso de los frontones Remontival y Lizarra, respectivamente.

A la seguridad sanitaria contribuyen también los protocolos que cada club ha elaborado para minimizar el riesgo de propagación de la Covid-19. Según estos reglamentos de actuación, se han establecido entradas y salidas a las canchas, regulando las limpiezas y protocolizando las desin­fecciones de las instalaciones y del material empleado en los entrenamientos, incluidos los balones. Atendiendo a las limitaciones establecidas desde la consejería de Salud del Gobierno de Navarra, los vestuarios están cerrados impidiendo así el cambio de ropa y el uso de las duchas.

Club Baloncesto Oncineda

Desde el Club Baloncesto Oncineda, ven la situación con incertidumbre. El presidente, José Antonio López, explica que desde septiembre han vivido tres escenarios diferentes. En la actualidad, debido a la limitación de aforo a 18 personas en la cancha, se han adaptado a la normativa exigida preparando mini entrenamientos de una hora para poder atender a todos los jugadores.

El uso de los vestuarios y las duchas de las instalaciones está prohibido en Navarra

“Procuramos hacer dos entrenamientos semanales y, si se puede, optamos por la actividad en el exterior. Los entrenamientos son sin contacto y vemos que los niños en la escuela lo llevan mucho mejor porque la metodología con ellos es mucho más de juego, con aros, conos, con y sin balón. El problema crece conforme sube la edad porque, después de tres meses de entrenamiento sin competición, es difícil mantener la motivación. Salimos adelante con imaginación”, apunta el presidente.

El objetivo del club pasa por mantener la actividad mientras se pueda, centrados en el objetivo deportivo de la mejora individual y a la espera de que en algún momento de la temporada se autorice la competición.

Club Balonmano Lizarrerria

El Club de Balonmano Lizarreria muestra una clara apuesta por la práctica deportiva en la ciudad. A ello se refiere la presidenta, Miren Etxaniz. “De la misma manera que hay que tomar medidas, igual de importante resulta que los chavales hagan deporte. Tras el confinamiento y con la dinámica que se lleva en los coles, la situación afecta a nivel emocional, y no se le está dando la importancia que tiene. El deporte ayuda a descargar tensiones. Así que priorizamos el deporte y decidimos que mientras no nos prohíban entrenar, seguimos. No por el balonmano, sino por salud”, expresa.

El trabajo de la junta, de los entrenadores e incluso de los jugadores se ha incrementado considerablemente en los últimos tiempos. Antes de los entrenamientos se toma la temperatura, después de la práctica deportiva se desinfectan los balones y el resto del material. Todo el ­protocolo supone empezar un rato antes de cada entrenamiento y terminarlo quince minutos después. Pero el esfuerzo merece la pena. “Son los propios jugadores los que desinfectan y hemos creado turnos de limpieza por parejas que cambian cada semana”, añade Etxaniz.

Los clubes desinfectan el material cada vez que lo utilizan por razones sanitarias

Con la prohibición del juego con contacto y la obligatoria distancia de seguridad, la dinámica de entrenamientos ha variado considerablemente. “En las edades tempranas se trabajan las habilidades con el balón, el movimiento, la psicomotricidad y la coordinación. Los más mayores tienen la oportunidad de realizar ejercicios de técnica específica del balonmano. Y es una ventaja, porque cuando se compite apenas hay tiempo para este trabajo tan personalizado”, explica.

Club Atlético Iranzu

El Club Atlético Iranzu ha creado en su escuela cuatro grupos de quince personas esta temporada. Se han impuesto esas limitaciones para poder atender a los participantes teniendo en cuenta las medidas actuales y los recursos del club.

El presidente, Koldo Solchaga, apunta que esta situación ha llevado a crear una lista de espera con chavales que quieren formar parte de la escuela. “Es algo que me duele muchísimo, tener que dejar fuera a niños y niñas que quieren hacer deporte, pero cada grupo tiene que estar con un entrenador. Hubo que hacerlo”, cuenta. A pesar de la crisis sanitaria, el club ha visto un importante incremento este año en el interés por la práctica del atletismo.

Aunque el atletismo no es un deporte de contacto y la situación sanitaria puede afectar menos a su práctica, la situación no pasa desapercibida y hay que poner medidas. “Entrenamos cada grupo con su entrenador, todos con mascarilla y manteniendo las distancias. La mascarilla la quitamos cuando salimos a correr, pero el resto del tiempo se respeta. Sí que intentamos estar lo más posible al aire libre”, añade Solchaga.

Los entrenamientos también han variado. “Con los críos, por evitar el contacto, hacemos muchos juegos, por ejemplo jugamos a pillar. Con los mayores toca sobre todo hacer gimnasia. Trabajamos la técnica individual y evitamos el uso de materiales. Respecto a lo que pueda pasar con la competición, en nuestra filosofía la competición está en un segundo plano. La práctica deportiva es lo fundamental. Y sobre el debate de si se debería cesar o no, en mi opinión, los adolescentes están mejor en un lugar con unas reglas y una actividad que en cualquier otro sitio. El deporte viene muy bien porque favorece la salud y la disciplina”.

C.D. Izarra

Muchas son también las precauciones que ha tomado el C.D. Izarra, uno de los clubes con más fichas de la ciudad, para atender a los jugadores de todas sus categorías con seguridad. El presidente, Alfonso Canela, explica que los padres no entran al campo, solo lo hacen los niños después de haberles tomado la temperatura y el lavado de manos. Y las distancias de seguridad se mantienen.

Además, el Izarra cuenta con la ventaja de un campo de fútbol al aire libre, que se puede dividir por secciones para atender a diferentes grupos. “La principal pega es que no hay vestuario y los niños tienen que venir cambiados. Tampoco se duchan a la salida. Con todas las medidas se trata de garantizar su seguridad, y pienso que están más seguros aquí haciendo deporte que en cualquier otro lado”, destaca Canela.

No puede ser de otra manera, pero el fútbol sin contacto no es fútbol y por eso los entrenamientos son más aburridos. “A los críos lo que les gusta es el partido, y no se pueden hacer. Así que nos centramos en el deporte individual con entrenamientos más técnicos y más físicos, que también tiene su lado positivo”.

Club Ciclista Estella

El calendario del ciclismo tiene en el mes de diciembre el inicio de la pretemporada, pero el club arrastra una temporada, la pasada, marcada por el confinamiento y la primera ola de la pandemia. “Han sido unos meses de parón. Una temporada muy extraña durante la que de 23 pruebas programadas se han realizado solo nueve”, cuenta el presidente, Miguel Ángel García Mitxelena.

Fue en junio cuando comenzaron a organizar alguna prueba, cumpliendo con todas las medidas. La incertidumbre acecha ahora con lo que pueda pasar en el inicio de año. “De momento estamos preparando la nueva temporada como si fuera normal, pero nos imaginamos que no lo será. Estamos a verlas venir”, añade el presidente.

Club de Pelota San Miguel

Si bien los jugadores de la categoría Sénior del Club de Pelota San Miguel están compitiendo en el Campeonato Navarro, los entrenamientos a puerta cerrada y sin público son la única opción para las categorías de escuela. “Teniendo en cuenta que en otros lugares ni tan siquiera se puede entrenar, pensamos que nuestra situación no es tan mala”, declara el presidente, Luis López.

Aunque la pelota no es un deporte de contacto, su actividad también se está viendo alterada por la situación ante la necesidad de reducir los grupos. “En el frontón pueden estar hasta doce personas, así que lo hemos dividido en dos para acoger dos grupos de cuatro más los entrenadores, grupos que cambian cada media hora para que los cerca de 120 jugadores del club puedan pasar por el frontón sin tener que alargar los horarios”, añade.

La principal diferencia en los entrenamientos, limitados a esa media hora, es que se dedican al juego en frontón en detrimento de un trabajo específico más técnico. “Estamos viendo que el hecho de no competir lleva a cierta desmotivación. Ojalá se puedan relajar un poco las medidas y nos dejen hacer el 4 ½, ya que hay menos personas en el frontón que durante un entrenamiento. Jugar de blanco es otra motivación”.

Tri Ur Gazia

La situación sanitaria está afectando especialmente a clubes multidisciplinares como la escuela de triatlón del Tri Ur Gazia, que decidió con las últimas limitaciones parar su actividad de entrenamientos.

El presidente, Xabier Gutiérrez, explica que el club está buscando la manera de retomar al menos la natación, cumpliendo con la normativa del polideportivo Tierra Estella y la limitación del aforo en las calles. “Para nosotros es difícil el tema de los entrenamientos por cuestión de número de entrenadores, tiempo y logística, ya que algunas actividades son a cubierto y otras en la calle”, indicó. El entrenamiento de manera individual, guiado semanalmente desde el club para las disciplinas de bici y carrera, se contempla como una posible opción. La escuela del club la integran actualmente 45 personas de diversas edades.

Los clubes deportivos realizan en estos tiempos difíciles una auténtica carrera de resistencia.

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