En la residencia de San Jerónimo, el pasado 18 de junio, fueron muchos los residentes que optaron por salir a pasear a la calle, ir un rato al mercado de los jueves o aprovechar a hacer algún recado.
Maite Tellería, profesional del centro, informaba a Calle Mayor sobre el protocolo establecido por la residencia para el control de las entradas y salidas y para la seguridad de los residentes y trabajadores. “Cuando los usuarios salen, les acompañamos hasta la puerta y les desinfectamos las manos con el gel. Cuando entran, tiran los EPIS a una bolsa de basura, les desinfectamos las manos, les echamos un spray desinfectante en la ropa y anotamos con quién han estado y los lugares a los que han acudido.
En estos centros han establecido un protocolo para el control de las salidas y de las entradas y para la seguridad de los residentes y trabajadores
Después, tienen que echar a lavar la ropa con la que han salido”, detallaba Tellería. El centro ha establecido horario de mañana y tarde. Las salidas de la mañana arrancan a las 10:15 h. y culminan a las 13:15 h. Cada hora van saliendo y entrando diferentes usuarios. Por la tarde, el horario de inicio es a las 16:15 horas y culmina a las 20:15 horas. A pesar de que es una medida de alivio para las personas mayores, desde los centros extreman las medidas de seguridad para evitar posibles contagios.
“Salgo a hacer recados, juntarme con un amigo y a tomarme un vinillo”
Vicente Arza, 79 años. Estella
Uno de los residentes que se disponía a salir de la residencia San Jerónimo, Vicente Arza, de 79 años y natural de Estella, explicaba a Calle Mayor que estaba contento de poder salir un rato fuera del recinto. “No es lo mismo el poder salir que el tener que estar dentro, pero creo que hemos tenido mucha suerte porque tenemos un espacio muy amplio para pasear dentro de la residencia y en su recinto”, reconocía Vicente, que había quedado con un amigo en el centro de jubilados y, después, iba a hacer algún recado y a tomarse un “vinillo”. Antes de emprender su aventura no quiso olvidarse de dar las gracias. “Quiero dar las gracias tanto a David como al resto de profesionales que se confinaron durante 35 días con nosotros, sin salir. No hay dinero que pague eso”, concluía.