Más de 1.500 personas secundaron la manifestación de la Asociación Ega

 

El colectivo de jubilados reivindicó en la calle su permanencia en los locales de Arieta, que utilizan desde 1990

más de 1.500 personas secundaron el sábado 15 de febrero la manifestación que convocó la Asociación de Jubilados Ega en Estella-Lizarra. La protesta, aprobada en Asamblea y anunciada unos días antes, partió del centro de ocio del colectivo en la calle Arieta y discurrió por el centro de la ciudad. En este lugar se leyó un comunicado en defensa de la permanencia indefinida del colectivo en la sede actual, que la Asociación justifica en los acuerdos firmados por las instituciones y la Fundación San Jerónimo en 1990 y ratificado por el pleno del Ayuntamiento de Estella en 2011.

A las doce del mediodía arrancaba la protesta con una pancarta a la cabeza que decía “No al cierre de la Asociación de Jubilados Ega. Ayuntamiento, Gobierno de Navarra y San Jerónimo, solución”. Desde este punto, la protesta discurrió por el puente de la Vía y la calle Doctor Huarte de San Juan para enfilar el paseo de la Inmaculada en dirección contraria hasta la plaza de la Coronación y terminar algo más de media hora después ante la fachada del consistorio estellés.

El presidente del colectivo que aglutina a 1.550 socios, Juan Tomás Haro, leyó un comunicado acompañado de la miembro de junta, Nati Mundín, y de Iñigo García. El texto justificaba la manifestación en las calles de la ciudad ante un “acto injusto e inaceptable: el intento de desalojar a la Asociación de Jubilados Ega de un espacio que nos pertenece por derecho”.

Explicaban que desde 1990, el local ha sido, y es, un lugar de encuentro, de convivencia y de apoyo para cientos de jubilados, pensionistas y viudas. “Un espacio concedido con carácter indefinido por un convenio firmado por el Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento y la Fundación Asilo San Jerónimo. Convenio ratificado en 2011 por el Pleno del Ayuntamiento reconociendo nuestro derecho a seguir aquí. Nada ha cambiado desde entonces. Sin embargo, ahora la Fundación pretende despojarnos de nuestro hogar, ignorando estos acuerdos y poniendo en riesgo una comunidad de más de 1.500 personas”, leía Haro.

El colectivo considera que el intento de desalojo de la Asociación de los locales propiedad de la Fundación San Jerónimo es “arbitrario”, “ilegal”, que “ignora el carácter público del convenio”, que “desconoce los derechos adquiridos por la Asociación Ega” y “cruel, porque ataca a una comunidad vulnerable”.

La Asociación Ega exige que se respete el convenio original y se garantice la permanencia en el local, que las instituciones competentes actúen para frenar el abuso y que el Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra cumplan con su compromiso y protejan el espacio de uso público. “Si nos quitan este espacio nos quitan parte de nuestra vida”. La Asociación añadió que seguirá defendiéndose en la calle y en los tribunales. De hecho, a la espera de alguna reacción entre las partes, el colectivo valora otras acciones en la calle.

El presidente de la junta, Tomás Haro, agradeció el apoyo de tantas personas que se sumaron a la manifestación del sábado. “Estamos muy contentos con la participación tan grande. La gente ha dado su apoyo a la Asociación y estamos recibiendo innumerables muestras de afecto y cariño. Nos sentimos muy arropados. Confiábamos en esta respuesta”.

 

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