En la trastienda del antiguo comercio de Estella

En la trastienda del antiguo comercio de Estella

La artista local Garbiñe Basarte reproduce en la fachada de la calle Escultor Imberto los escaparates de varios establecimientos que forman parte de la historia de la ciudad. Su obra reaviva recuerdos de la rica y variada vida comercial del municipio

La calleja Escultor Imberto, que comunica el paseo de la Inmaculada y la calle Mayor, arterias principales de la ciudad del Ega, reproduce y reaviva recuerdos del pasado. La artista local Garbiñe Basarte ejecuta desde finales de año el encargo del área de Servicios del Ayuntamiento de Estella-Lizarra de trasladar a las paredes vacías de los bajos comerciales de este céntrico lugar la recreación de los escaparates de varios establecimientos que ya forman parte, o casi, de la historia de la localidad.

Son más de cuarenta metros cuadrados y siete espacios de escaparate ciegos que retratan ahora las fachadas de míticos comercios de Estella. Se trata, en concreto, de Casa Platero y el Sastre Usabiaga, negocios de una misma familia que funcionaban uno encima del otro en la calle Comercio; Antigüedades Eduardo Peral, todavía en activo aunque en liquidación y sin relevo, en la calle Julio Ruiz de Alda; Licorería Fernández, que ocupaba un bajo de la calle Mayor; y Librería Felipe, cuya primera ubicación estuvo en los soportales de la plaza de los Fueros. Estos son los nombres de los primeros comercios que vuelven a las calles del centro de la ciudad de la mano de Basarte, quien a través de fotografías antiguas los está recreando con todo lujo de detalles.

Explica la artista que en base al material gráfico recopilado y cedido por varios vecinos ha elegido los establecimientos cuyos escaparates se ajustan mejor a los espacios disponibles en las paredes de la calleja. “La recreación es bastante fiel, pero en algunos casos he tenido que poner algo de imaginación, por ejemplo en el género que Casa Platero vendía, puesto que la fotografía no tiene demasiada resolución ni detalle”, cuenta. Basarte ha pintado también tres puertas antiguas, alternadas entre las tiendas.

Junto a los cuatro escaparates ya ocupados, tres aún están disponibles y a la espera de volver a la vida, o al menos al recuerdo de los estelleses que los conocieron. La artista confía en que para finales de febrero el mural que atrae la atención de los paseantes esté ya terminado. Tanto está gustando, tantos recuerdos y anécdotas despierta, que Basarte ha tenido que pedir de manera educada a los transeúntes mediante un cartel que, por favor, le dejen trabajar. Conforme su mano y su brocha avanzan firmes en el cometido, uno a uno, los viejos nuevos escaparates de Estella hablan por sí mismos.

A continuación, la primera entrega de pequeñas historias y memorias de la trastienda de aquellos míticos comercios de la ciudad del Ega.

**Más historias del comercio antiguo de Estella recordadas en el mural, en los próximos números de Calle Mayor.

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