Entre otros puntos, se aprobó por asentimiento una modificación de la Plantilla Orgánica municipal del Ayuntamiento de Estella-Lizarra para 2021 para incluir el complemento salarial del 2’7 % a oficiales administrativos y el vigilante de obra. También por asentimiento se aprobaron las solicitudes de indemnización presentadas por Serdepor S.L. y Gavia Estella S.L. por el contrato para la gestión del polideportivo municipal y por el contrato para la gestión y explotación del bar cafetería del centro cultural Los Llanos, respectivamente, como consecuencia de los perjuicios derivados de la crisis sanitaria motivada por la Covid-19.
También se aprobó por asentimiento una modificación presupuestaria de transferencia de crédito de la partida de Fiestas a otras actividades, en concreto el programa cultural de verano. El punto ocho del orden del día también salió adelante sin votación y se aprobó la generación de crédito de una subvención de 6.800 euros del SNE para un curso de formación de cuidados a personas mayores de la Escuela Taller.
En otro orden de cosas, el Pleno aprobó cambiar el nombre de la concejalía de Inmigración por Diversidad Cultural y salió adelante con nueve votos a favor y siete en contra (NA+). En el punto 13 del orden del día, mociones no resolutivas, se despertó el debate sobre un nuevo centro de salud para Estella a través de una moción presentada por el concejal no adscrito Jorge Crespo, quien retomó el debate del Pleno anterior para instar al Gobierno de Navarra a crear una partida económica en el presupuesto de 2022, elevar la petición a la Presidenta y que fuera “lo antes posible”. Finalmente, se aprobó por asentimiento.
Otra moción, llevada al Pleno por el PSN, sobre la construcción de una subestación eléctrica en Tierra Estella, se aprobó con los votos de PSN, Na+ y los dos concejales adscritos, aunque encontró las seis abstenciones de los ediles de EH Bildu.
Cerrada la sesión, desde el público intervinieron los vecinos Santiago Esparza y Mari Paz Galdeano con dos cuestiones sobre los auroros y el euskera. Era la primera vez desde el inicio de la pandemia que el público podía acudir a un Pleno, si bien, por motivos de espacio, lo siguieron desde el pasillo a través de una pantalla.
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