El aceite impregnó Arróniz de emoción

El aceite impregnó Arróniz de emoción

El 23 de febrero el oro líquido brilló en la localidad sopicona y un nuevo capítulo de la Orden de la Oliva cerró sus páginas con homenajes y reconocimiento a los agricultores

TArróniz recibió, el 23 de febrero, la visita de más de 10.000 personas que, atraídas por el producto estrella de la localidad -el aceite-, disfrutaron de un espléndido y caluroso día dedicado al aceite. En el XXII Día de la Tostada se repartieron más de 15.000 tostadas entre los asistentes y se utilizaron alrededor de 500 litros de aceite de la nueva cosecha. El decimoséptimo capítulo de la Orden de la Oliva de Navarra cerró sus páginas con miles de letras, palabras y frases cargadas de emoción y recuerdo.

A las diez, y bajo un cielo completamente despejado, arrancó en Arróniz una de las jornadas más importantes de su calendario: el Día de la Tostada y Fiesta del Aceite. Los aledaños del trujal acogieron las largas mesa en las que se podían untar en aceite las tostadas que decenas de voluntarios se dedicaron a repartir entre los asistentes. Se utilizaron alrededor de 500 litros de aceite virgen extra para las más de 15.000 tostadas que se repartieron y que hicieron chuparse los dedos a los más de 10.000 visitantes. Unos 60 puestos ofrecieron sus productos artesanales y los más pequeños pudieron divertirse en los hinchables.

El acto contó
con un homenaje al gran prior de la Orden, José Mª Astráin

A las once, el Ayuntamiento de Arróniz recibió a las autoridades e invitados, en el consistorio. No faltaron a la cita gastronómica la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite; la consejera de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Itziar Gómez; el presidente del Parlamento, Unai Hualde; y las parlamentarias María Solana y Blanca Regúlez. También acudieron representantes municipales de otros municipios y localidades de la merindad. A las 12 del mediodía, la comitiva salió del consistorio y se dirigió hasta el Trujal, en donde se celebró el decimoséptimo capítulo de la Orden de la Oliva.

Tomás Yerro cumplió su sueño
El alcalde de Arróniz, Ángel Moleón, abrió el acto –dirigido por Isidro Jiménez, de Cadena 100 Estella, y amenizado por el Coro de Voces Graves de Pamplona- recordando a Jesús María Astráin, gran prior de la Orden, que falleció el año pasado y al cual se le rindió un sentido homenaje en esta edición. El alcalde socialista de Arróniz también quiso dedicar unas palabras especiales a la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite. “Como me alegra, María, que después de tantos años, por fin seas tú quien presida este acto tan importante de mi pueblo”, expresaba. Invitó a la presidenta a trabajar por “llenar los pueblos de oportunidades”. Acto seguido, el pregonero de este año, que fue el lerinés Tomás Yerro Villanueva, Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019, inició su esperado discurso confirmando que uno de sus sueños de niño era ser pregonero. “Cumplo mi sueño en la XXII Edición del Día de la Tostada que desde 1999 reúne a miles de personas en torno al ‘milagro del aceite”, como así expresa el poeta Pablo Neruda. Recordó la fría mañana de diciembre en la que con unos seis o siete años entró por primera vez en el trujal San Isidro de Lerín y quedó sorprendido por líquido verde que brotaba de un tubo y por su aroma.

“Hay que llenar
los pueblos de oportunidades”. Ángel Moleón, alcalde de Arróniz

Un momento poético que se vio interrumpido por “el conjunto caótico del trujal, el ruido, la escasa luz y el agobio por la falta de espacio”, recordaba. También mencionó las aceitunas que su madre incluía en los aperitivos y ensaladas y las tostadas de ajo y aceite que tantas veces degustó. Los asistentes pudieron viajar, a través de sus palabras, por la cultura, historia y poesías en torno a los olivos y el aceite y, antes de que el alcalde de Arróniz, Ángel Moleón, le colocara la oliva de oro, finalizó el discurso haciendo una llamada a la mejora de la situación de la agricultura.

“Abrazo grande”
El acto continuó con el homenaje al gran prior de la Orden de la Oliva, Jesús María Astráin, que falleció en mayo de 2019. Teresa Catalán, la vicepriora, recordó su generosidad, alegría, amor por la tierra y “aquel inolvidable abrazo grande”. Pedro Lozano, exviceprior de la orden, también quiso rendir homenaje a Astráin y pidió que se cumpliera la siguiente petición que “‘Palas Atenea’ le envió por Whatssap”: “demandar al Gran Consejo de la Orden y al Ayuntamiento de Arróniz que escoja un olivo y lo distinga poniéndole el nombre de José María Astráin. Que sea un olivo recio, con raíces en la tierra y hojas de plata entre el viento y que luzca una insignia”, expresó Lozano. El público asistente aplaudió la petición y, acto seguido, se le hizo entrega a Mariví Jabat, viuda de José María, de un olivo de plata, una placa conmemorativa y un ramo de flores. El presidente del Trujal Mendía, Pedro González intervino para ofrecer los detalles de la cosecha. “Este año hemos recogido 6,8 millones de kilos de oliva, un 30% menos que en otras ocasiones, por las altas temperaturas de junio. Sin embargo, la rentabilidad de la cosecha ha subido dos puntos y medio. Quiero recalcar que el problema de los agricultores tendría solución con el denominado kilómetro cero, es decir, comprando el producto cercano y de calidad, el producto de aquí”, concluía González.

Nuevos espaldarazos
Tras el homenaje, el estellés Joaquín Ansorena fue nombrado viceprior de la Orden. Las nuevas Damas y Caballeros de la Orden de la Oliva de Navarra fueron: Nekane Solana y Josep Vicent Egea, presidenta y director de ‘La Pamplonesa’; Joaquín Ilundáin Solano, pintor residente de Arbeiza; Tomás Yerro, el pregonero; Isabel Sola Gurpegui, bióloga investigadora en el CESIC, único laboratorio de España que investiga el coronavirus; y Jesús María Alegría ‘Pinttu’, presidente de la ONG ‘Músicos sin Fronteras’. Como Entidades y Personas de Mérito de la Orden se nombró a Mª José Ora, presidenta de la Asociación Navarra de Cáncer de Mama (SARAY), y como Restaurante de Calidad de la Orden, a Nicolás Ramírez, del restaurante Túbal de Tafalla. Todos juraron su cargo, recibieron el emblemático ‘espaldarazo’, un olivo de plata, una acreditación y degustaron una rica tostada.
Culminó el acto la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, quien se dirigió a los trabajadores del campo y reiteró que el Gobierno es consciente del problema de los agricultores, que merecen una respuesta. “El campo es salud, calidad, aporta valor y ayuda a luchar contra la despoblación. Hay que apoyar al sector primario para poder garantizar un relevo generacional que asegure su supervivencia”. Los cantos del Coro de Voces Graves de Pamplona cerraron un nuevo y emocionante capítulo de la Orden de la Oliva de Navarra.

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