El artista asturiano es uno de los pintores españoles más singulares de su generación. Su trayectoria artística se ha caracterizado por una fidelidad absoluta a la pintura como lenguaje y a la poética de lo cotidiano. “Mi pintura no tiene narrativa, se sirve de cosas con las que me encuentro cuando paseo. Una casa, un árbol, una farola, la noche, la nieve o el mar, e intento crear conexión con el espectador a través de lo que la pintura es, no de lo que la pintura cuenta”, expresaba el propio pintor en su intervención el día de la inauguración.
Galano se definió como un pintor “a la antigua” en cuyo trabajo prima la emoción. “Defiendo la idea de una pintura muda, sin discurso, que no va acompañada de parafernalia que pueda distraer. Creo en el espectador, en que el cuadro le produzca una emoción”, ahondó.
La luz y la tonalidad gris caracterizan la muestra del Museo Gustavo de Maeztu, consciente el artista de que su pintura nace del occidente asturiano, donde creció. Lo que primero entendió como una vinculación con el ‘terruño’ pronto reveló una manera de pintar que también reflejaba ciudades, especialmente centroeuropeas y del norte, mostradas siempre en invierno, “con el gris como común denominador”.
La inauguración de ‘Dias sin sol’ contó con numerosos invitados y con la presencia de la alcaldesa de Estella-Lizarra, Marta Ruiz de Alda, ciudad que Miguel Galano conoce bien por su participación 25 años atrás en la bienal de pintura que ganó. Su cuadro está expuesto en la oficina de la técnica municipal en la casa de cultura Fray Diego. “Miguel Galano ha construido en las últimas décadas una trayectoria sólida y coherente reconocida por la crítica y avalada por exposiciones en importantes museo y galerías de nuestro país y del extranjero”, describió la primera edil.
Ruiz de Alda invitó al público a recorrer las salas de la pinacoteca municipal con calma. “Que el visitante se deje envolver por la luz gris y serena de estos días sin sol y descubra en cada cuadro esa emoción callada que habla desde el corazón. Esta exposición dejará una huella profunda en quienes la visiten”, completó.
Formado inicialmente en Oviedo, Galano desarrolla desde mjoven un estilo personal marcado por la contención cromática, la depuración de las formas y una sensibilidad hacia la luz velada y atmosférica. A lo largo de su carrera ha trabajado con diversos géneros —el paisaje, el interior, la naturaleza muerta, la figura— siempre desde una mirada íntima que convierte lo real en materia de contemplación.
La exposición se puede visitar de martes a sábado, de 9.30 a 13.30 horas, y los domingos y festivos, de 11 a 14 horas.
Ausencia de la figura humana
Las obras de Miguel Galano muestran paisajes y elementos cotidianos con la particularidad de la ausencia de la figura humana, una cuestión que para el autor no es intencionada, que surge de manera natural y para cuya pregunta no tiene respuesta. “Cuando pinto un retrato intento penetrar en lo retratado, de la misma manera que cuando pinto una casa me gusta pensar que hay gente dentro, que acaban de salir, que circulan, que está habitada, aunque en el cuadro no se ve a nadie. La figura es algo que en el paisaje no aparece. Y ¿por qué esta casa y no otra? Generalmente las conozco y te fijas en una y no en otras, pero un día ves algo y pintas esa casa”, expresó el artista.
El artista Javier Egiluz reflexiona sobre el paisaje en el espacio ‘Sugerencias’
del Gustavo de Maeztu
El Museo Gustavo de Maeztu brinda su espacio ‘Sugerencias’, en el hall de entrada del centro, a la obra ‘Geografía latente’, del artista Javier Egiluz. El proyecto de varios lienzos invita al espectador a recorrer paisajes interiores y emocionales con una pintura que oscila entre la abstracción lírica y la evocación del territorio.
Egiluz despliega capas de paisaje, acercamientos, distancias y texturas para hacer visible lo invisible. Sus obras no representan lugares específicos, sino atmósferas que remiten a memorias y sensaciones. En sus obras, realizadas con técnicas mixtas sobre lienzo, juega con la tensión entre definición y sugerencia, algunas piezas evocan montañas, bosques o líneas de fuga. La obra de Egiluz se caracteriza por una profunda reflexión sobre el paisaje como metáfora de la existencia. La visita se puede realizar durante el horario del Museo.
