¿Cómo surge la posibilidad de hacer el Camino?
Mis padres hicieron el Camino de Santiago en bicicleta hace cuatro o cinco años, como una manera de practicar deporte. Yo estudié en Suiza hasta el pasado mes de marzo, cuando presenté mi trabajo final, y volví a mi casa en México. Me he tomado un tiempo y fueron mis padres quienes me animaron a hacer el Camino, para tener tiempo para mí y conocer gente.
¿Es la relación con las personas el aspecto más positivo del Camino?
Se conoce a mucha gente. Desde el primer día. Gente de todo el mundo. A veces prefieres estar sola, pero la verdad es que no sé si se puede.
¿Qué tal te encuentras?
Tengo dolor de cadera desde los inicios y estoy tomando pastillas. También duelen los pies al final de la jornada, pero luego se quita y estás lista para el día siguiente.
¿Te imaginabas la experiencia como la estás viviendo?
No me imaginaba nada. Sabía que iba a ser “algo muy padre” pero no venía con ningún tipo de expectativa. Para mis padres fue muy bonito, les encantó. Yo decidí hacerlo a pie, no pensé en la bicicleta.
¿Qué te está sorprendiendo?
Que todo el mundo es muy amable, la gente muy generosa, que mucha gente viene sola y que todos más o menos lo hacemos por una misma razón: decidir qué hacer en la vida.
¿Qué opinas de la cultura y de los paisajes?
Para mí no es un choque cultural. Ya había venido a España y el idioma es una ventaja. El hecho de haber estudiado en Suiza hace que no me sorprendan tanto las cosas.
¿Has visitado Estella?
Ahora mismo iba para el centro. Encuentro que los pueblos a lo largo del Camino son todos muy parecidos. Tienen una calle bonita y un puente y ya se acaban. Son pueblos pequeños.
¿Cuál es tu motivación para hacer el Camino?
Quiero dejar que la experiencia me sorprenda, conocer qué es esto. Mi motivación es hacer algo distinto en este tiempo que tengo libre, algo que es difícil. Quizá mi motivación sea, sobre todo, deportiva.