
Carolina reconocía a Calle Mayor que jamás hubiera pensado que iba a pasar el final de su embarazo confinada en casa, sin poder salir, porque un virus denominado Covid-19 había provocado una pandemia mundial. “Siempre me acordaré de lo oportuna que fui preparando con bastante antelación todas las cosas para la llegada del bebé. Yo visualizaba el final de mi embarazo con todo ya preparado y pudiendo disfrutar con mis amigas, tranquilamente, de las últimas semanas de embarazo. Pero todo cambió con el coronavirus. Al final sí que te preocupas por un posible contagio y entra más miedo. Yo ya tenía miedo a dar a luz así que viví esta situación con mucha incertidumbre”, reconocía Carolina. Un día antes del nacimiento de Markel, cuando comenzó a sentir contracciones seguidas, acudió junto a Iñaki al hospital García Orcoyen. “Allí nos comunicaron que aún no había dilatado y que en caso de que esa misma noche no se pusiera de parto, tendría que acudir a dar a luz a Pamplona. Fue justo cuando el García Orcoyen derivó los partos al Complejo Hospitalario de Navarra para evitar el riesgo de exposición al virus en los recién nacidos”, informaba Iñaki. Al día siguiente, por la tarde, cuando ya las contracciones fueron más fuertes, se trasladaron a Pamplona y Carolina rompió aguas nada más llegar al centro hospitalario. “Yo me acordaba de aquellas mujeres que no habían podido estar con sus parejas durante el parto por la crisis sanitaria y pensaba que me iba a suceder lo mismo. Pero Iñaki sí que pudo estar a mi lado”, explicaba Carolina. El 27 de marzo, a las 10:15 horas, nació el pequeño. “La alegría y la emoción fue enorme. Además, no sabíamos el sexo del bebé y fue una sorpresa. A pesar del miedo y de la incertidumbre, cuando lo tuvimos en nuestros brazos se nos quitaron todos los miedos”, reconocían ambos. Después estuvieron 24 horas en el hospital y recibieron el alta. “Era raro estar solos los tres y no poder recibir ninguna visita, pero estuvimos tranquilos”, explicaban.
“¡Quiero conocer a mi familia!”
Ya en casa, los tres se van amoldando a la nueva situación. “En casa estamos viviendo lo de todos. El tema del pecho, el ir conociendo el llanto del bebé, las noches en vela. Lo que cambia es el no poder salir a la calle siempre que lo necesites y, sobre todo, el que la familia tan solo haya podido conocer al pequeño de manera telemática, por videollamadas. ¡Las abuelas están que se suben por las paredes!
Pero, ¿y qué dice Markel? Nacer en tiempos de coronavirus es algo histórico. Seguro que Markel ha oído esa palabra miles de veces mientras estaba tan a gusto en la tripa de su mamá. Probablemente se haya sentido feliz al comprobar que sus padres respiraron tranquilos cuando lo tuvieron en brazos y sintieron su calor. El primer paseo que dio al cumplir un mes le ha servido para sentir, en su suave piel, el aire de Montejurra, el olor de su ciudad, Estella, y el susurrar de las aguas del río Ega. Pero, seguramente, una de las cosas que más desea Markel es conocer a toda su familia. Estamos seguros de que pronto cumplirá su deseo.