Cocina para compartir

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Quince personas migrantes reciben la formación que hosteleros y voluntarios jubilados ofrecen en un taller en la casa de la juventud María Vicuña

La experiencia entre fogones y el interés por conocer la cocina española convergen en la casa de la juventud María Vicuña de Estella. Desde el 12 de diciembre y durante tres meses, un grupo de unas quince personas migrantes, la mayoría de origen latinoamericano, aprenden los secretos de la preparación de la verdura, la carne, los pescados y los postres navarros gracias a la colaboración desinteresada de hosteleros y amantes de la cocina.

La iniciativa ‘Estella activa cocinando’ parte del área de Inmigración y Política de Empleo con un presupuesto de 10.000 euros, se desarrolla en 44 sesiones teórico-prácticas y con varios objetivos: primero la interrelación y la integración en el entorno local a través de una afición que pueda dotar a los participantes de conocimientos básicos para su hogar y, también, facilitar la oportunidad laboral.

Sandra Barbarin coordina el proyecto con fines solidarios, puesto que en cada sesión se elaboran veinte menús de primer, segundo plato y postre que después se reparten entre los participantes y personas sin recursos que han manifestado su necesidad y contactan con el taller. Durante las primeras sesiones en la cocina de la Casa de la Juventud, los participantes, la mayoría mujeres con orígenes diversos como Honduras, Venezuela, Perú o Colombia, se han elaborado platos como el cardo de Navarra, la menestra, la ternera guisada, los filetes con cebolla y arroz a la cubana. También ha habido momentos para el intercambio, cuando los participantes han mostrado algunas de sus especialidades como el plátano frito.

Fruto de la necesidad

La concejal Magdalena Hernández explica que la iniciativa surge de la necesidad. “Pensamos en la necesidad en Estella de un comedor solidario, pero el Ayuntamiento no tiene presupuesto para mantener sus costes, así que preparamos este taller para personas que necesitan apoyo y ayuda y que aquí hallan un espacio para el encuentro y también un plato caliente en unos momentos en que los precios de la luz y el gas se han incrementado muchísimo”, explica.

A la necesidad se une la vocación formativa de hosteleros voluntarios y personas jubiladas amantes de la cocina que ponen su experiencia al servicio de los aprendices. Participan desinteresadamente en el proyecto Lorena Vicente, del Restaurante Kirol; Juan Cruz Lizarraga, del Camping Irache; Gotzon Nafarrate, de la Sociedad Peñaguda, Sara Fenoux, dietista de Ayegui; Víctor Pascual, de la pastelería Lizar; el restaurador Ramón Astarriaga; Jesús Astarriaga, del Bar Xanti; Enicaury Domínguez, del Camping Lerate, Dimitri David Pérez, del Bar Katxetas; Maribel Echeverría, de Chuches Daisy y Álvaro Domínguez del Restaurante La Cepa. Todos ellos se van turnando en el taller que cuenta también con patrocinadores para dotarlo de producto: Frutería Romero, Frutas Asensio, Trujal Mendía, Conservas Iturri, Eroski, Muguerza Gourmet, Carnecería Javier y Lacturale.

Explica la coordinadora, Susana Barbarin, que cada jornada previa a la sesión del taller, ella se encarga de hacer la compra y de llevar hasta la casa de la juventud los alimentos donados por los colaboradores. Ya en el taller, los participantes, guiados por los hosteleros y voluntarios, se encargan de preparar y cocinar los alimentos, distribuirlos en raciones para repartir y recoger y limpiar después la cocina. “Se realiza el proceso completo y lo mejor es la motivación, la ayuda que nos prestamos unos a otros y la posibilidad de conocernos y de socializarnos. Cada día es diferente y tampoco falta la formación externa”.

Barbarin se refiere a la realización del curso de Manipulación de Alimentos, que se desarrolló durante tres jornadas, y la participación de una dietista. Los participantes recibieron, asimismo, un curso sobre reciclado de residuos que impartió la Mancomunidad de Montejurra.

Las personas interesadas aún se puede inscribir a través del correo electrónico: estellactivacocinando@gmail.com

EN PRIMERA PERSONA

PARTICIPANTE
PAOLA GARCÍA GUEVARA
44 años. Perú.

“Estoy recién llegada a Estella y buscaba una actividad que me entretuviera y me diera la posibilidad de encontrar un trabajo. Este taller me permite tener una base de la cocina española, relacionarme y estar activa. Me gusta la cocina, cocino en mi casa, y no me importaría trabajar en ello. Mi valoración de este taller es muy buena, veo que la cocina española tiene que ver con la de mi país, aunque es un poco más variada y se hacen muchas salsas. En Perú el pescado, por ejemplo, se prepara únicamente frito o a la plancha”.

MONITORA VOLUNTARIA
LORENA VICENTE BRIANSÓ
44 años. Hostelera, Restaurante Kirol (Ayegui).

“Me encanta la cocina, es mi trabajo, pero disfruto mucho de poder enseñar, así que estoy encantada de participar. Los alumnos, casi todo mujeres, están muy receptivos, con muchas ganas de aprender y muy voluntariosos. De lo que se trata en este taller es de que adquieran un conocimiento de base y que aprendan a elaborar platos sencillos que puedan luego preparar en su casa y de despertar una inquietud”.

 

 

 

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