
Con gran ilusión, se colocaron tres buzones en distintos puntos del pueblo para que cualquier persona que quisiera pudiera depositar sus poemas. La respuesta fue extraordinaria, con una treintena de textos recopilados creados por participantes de todas las edades.
Como colofón del proyecto, todos los poemas recogidos fueron expuestos en el salón parroquial, donde la comunidad pudo leer, compartir y emocionarse con las palabras escritas desde el corazón. El proyecto contó con la colaboración especial del vecino Toño Osés Solchaga, quien apoyó al alumnado para disponer de un espacio donde presentar adecuadamente los poemas, y facilitó el montaje de la exposición en el salón parroquial. La muestra permanecerá instalada hasta que finalicen las clases.
El profesorado valora muy positivamente la experiencia porque “no solo ha acercado la poesía a la vida cotidiana del alumnado, sino que también ha reforzado los lazos entre la escuela y el pueblo, demostrando que la creatividad y la participación pueden florecer en cualquier rincón, especialmente en las zonas rurales”.
