Anfas, en la zona de Estella, ha atendido a lo largo del último año a 90 personas. La misión que esta entidad persigue es “contribuir, desde su compromiso ético, a garantizar los apoyos y servicios necesarios, en un contexto de ejercicio de derechos e inclusión social, para que cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias lleven a cabo sus proyectos de vida personales y mejoren su calidad de vida como ciudadanos y ciudadanas en una Navarra justa y solidaria”.
Los servicios y
programas de Anfas se cumplen, en gran parte, gracias a los voluntarios
A lo largo del año, Anfas Estella lleva a cabo numerosas actividades y formaciones. Para el 2018, la entidad ofrece servicios de formación, información y asesoramiento a las familias y servicio de atención temprana de 0 a 6 años. Además está el programa de habilidades académicas, sociales y de comunicación, dirigido a niños y niñas a partir de 6 años. Otra parte importante es el ocio, que tiene como objetivo dar respuesta a las necesidades de descanso y diversión para favorecer el desarrollo personal e integración social. Además se llevarán a cabo otros programas de informática, psicomotricidad y musicoterapia, natación, deporte y de autonomía y vida en el hogar y educación permanente. Todo esto se cumple, en parte, gracias a los voluntarios que ofrecen todo su apoyo a los usuarios de Anfas.
Leticia Pérez de Urabain
Leticia lleva colaborando en Anfas desde hace tres años. Acude los sábados por la mañana al programa de ocio juvenil y, en ocasiones, por las tardes con el grupo de adultos. “Hacemos muchas actividades como excursiones, manualidades, juegos, bailes, paseos, pero una de las cosas más importante es reunirnos y hablar, como se hace en un grupo de amigos”, relata Leticia. También reconoce que el ser voluntario te aporta muchas cosas como conocer gente nueva, integrar conocimientos que has ido adquiriendo en tu formación académica y además te permite crecer como persona y ver la vida de diferente manera. “También te ayuda a sacar lo mejor de ti mismo, despertando una necesidad de comprometerte con la realidad actual; cambia tu perspectiva de vida y te hace más humano y generoso, aumentando la empatía”. Alicia afirma además que tiene fe en que la gente se vaya sensibilizando cada vez más y anima a todos a que prueben esta bonita y enriquecedora experiencia.
Mª Carmen Armendáriz Arrondo
Mª Carmen colabora en Anfas gracias a un amigo que le animó a conocer la asociación y sus actividades hace tres años. “Yo principalmente voy al programa de ocio de adultos, los sábados por la tarde. Se programan diferentes actividades cada sábado como, por ejemplo, salidas por Estella, paseos, cine, visitas guiadas o desplazamientos a otras localidades por eventos varios que nos interesen. Nuestra misión es acompañarlos disfrutar con ellos con las diferentes actividades”, informaba Mª Carmen, quien también ha estado algún fin de semana como hospitalera en el albergue de Anfas en Estella. Para Mª Carmen, el ser voluntaria le aporta conocer a otras personas y recibir de ellas muchísimo cariño. “Me gustaría llegar a un punto en el que no hiciera falta una asociación como Anfas, sino que por parte de las instituciones y el resto de la sociedad se hiciera un esfuerzo y se pusieran los medios personales y económicos para apoyar a estas personas y a sus familias. Tienen los mismos derechos que todo el mundo y unas necesidades específicas que hay que atender”, culminaba Mª Carmen.
Josetxo Ruiz Sanz
Josetxo lleva colaborando en Anfas desde hace un año y medio. “Tenía ganas de colaborar y comencé cuando por medio de mi pareja me dijeron que hacía falta voluntarios para unas vacaciones programadas en Hondarribia de un grupo de Pamplona. La experiencia fue muy enriquecedora y de ahí continué en diferentes programas”, informaba el voluntario. Josetxo ha colaborado en programas como ocio para adultos y juveniles, ha ejercido de hospitalero algún fin de semana y colaborado para actividades puntuales, sobre todo, por desplazamientos para eventos con más gente, partidos de fútbol de Osasuna, carreras populares, etc. “Lo que quiero aportar es mi pequeño granito de arena para facilitar un poco la vida de las personas con discapacidad y de sus familias y a mí me aporta muchísimo. Me enriquece estar con ellos y con el resto de voluntarios y personal de Anfas, es un placer y me hace ver la vida, las personas y las relaciones de otra forma más amplia y más optimista”, declaraba Josetxo, quien además recalcaba que también las empresas pueden poner su granito de arena, aportando recursos a esta labor tan bonita. “Con muy poco esfuerzo y adaptándose cada uno a sus posibilidades, se puede hacer una labor muy grande con tu colaboración”, concluía Josetxo.
Raquel Maeztu Arbero
Raquel, así como sus compañeras, también lleva tres años colaborando en Anfas. Participa en el programa de ocio de adultos los sábados por la tarde. “Aporto un poquito de mi tiempo libre y a cambio recibo mucho cariño de todos los participantes, usuarios y voluntarios y, al final, nos hemos convertido en un grupo de amigos que pasan un buen rato juntos”, explicaba Raquel.
Esta voluntaria considera muy importante dar a conocer qué es la discapacidad para que nos demos cuenta de que estas personas tienen otras capacidades –tal vez diferentes a la mayoría- pero igualmente válidas. “Animo sobre todo a aquellas personas que están dudando en hacer voluntariado, les diría que se pasen por Anfas para informarse de los distintos programas en los que pueden participar y que prueben la experiencia porque al final hay que vivirlo en primera persona para ver que pasas ratos muy buenos”, concluía.
