Una ruta etnográfica visibiliza en Abárzuza el trabajo de la mujer rural

Una ruta etnográfica visibiliza en Abárzuza el trabajo de la mujer rural

Un conjunto de 15 hitos informativos jalonan el recorrido, de 4,8 km, en homenaje al papel femenino en labores tradicionales

Tras dos años de trabajo y de investigación, ve la luz el proyecto ‘La memoria de las mujeres’, una ruta natural, cultural y etnográfica que recorre el término de Abárzuza con la mujer y su importancia en la vida rural como hilo conductor. Son 4,8 kilómetros de distancia jalonados por quince hitos o paneles informativos que visibilizan la labor femenina en trabajos tradicionales como la elaboración del carbón, el queso y el pacharán. La iniciativa, coordinada por la Asociación Turística Tierras de Iranzu, ha contado con la participación del Ayuntamiento de Abárzuza y de los vecinos del pueblo.

El proyecto se presentaba a principios del mes de agosto en Abárzuza, ante una gran carbonera instalada en la plaza Zugarrondoa, punto de partida de la ruta. Estuvieron presentes la gerente de Tierras de Iranzu, Charo Apesteguía; el alcalde del municipio, Alberto Pagola; la directora del grupo de teatro Butaca 84, Laura la Iglesia; el presidente de la Fundación Ideas, Luis Casado, y el artista Joseba Burusko, autor del monumento a las carboneras.

Charo Apesteguía explicó que la labor documental fue la parte más ardua de un proyecto que hubo que empezar casi desde cero. De hecho, noventa mujeres de la localidad fueron entrevistadas para conocer de primera mano la participación femenina en la vida del pueblo y en los oficios y labores tradicionales.

El resultado de la investigación, que indaga desde el siglo XIX hasta la actualidad, se puede ver en los quince paneles repartidos por el recorrido. Una parte del itinerario ha sido adaptado para personas con movilidad reducida. Además, toda la ruta es accesible para colectivos con diferentes discapacidades, visual, auditiva y cognitiva, gracias a la colaboración en el proyecto de la Fundación Ideas.

Tradiciones y vestigios históricos

Los paneles ofrecen información sobre el Monumento al Pastor y el papel relevante de la mujer en el ordeño, cuidado y elaboración del queso; sobre la preparación casera del pacharán; las carboneras y la participación femenina en el acopio de leña y la comercialización del carbón.

Otro panel rinde homenaje a la Batalla de Abárzuza y a los escenarios donde tuvo lugar la contienda entre las tropas carlistas y liberales. La calera tiene su hito informativo en la ruta y recuerda los usos de la cal y su elaboración, de la que se encargaban las mujeres. Otro panel pone en valor una batería de las guerras carlistas, plataforma donde se situaban los cañones y que ofrece un buen estado de conservación. El panel del Cisco explica el oficio de la fabricación del carbón vegetal menudo, fundamental para los braseros y, por tanto, de la vida en el mundo rural, aunque el cisco en Abárzuza se destinaba exclusivamente a la venta.

Las palomeras, las cabañas de los txerris, o de los cerdos, uso habitual de la ganadería hasta el siglo pasado, la poda de árboles o ‘trasmocho’, la extracción del tan, sustancia presente en la corteza y frutos de algunos árboles y arbustos utilizada para curtir pieles, las trincheras de las guerras carlistas, el cardado e hilado de la lana o ‘pelaire’ tienen también su protagonismo a lo largo del camino. Además de todo ello, el proyecto ha incluido la adecuación de una pasarela de madera que permite cruzar una pequeña regata.

Píldoras de teatro

Aunque en lo sucesivo se van a realizar sesiones teatralizadas para explicar el recorrido y contextualizarlo de la forma más lúdica posible, de momento se puede visualizar mediante QRs impresos en los paneles pequeñas píldoras de teatro, mini dosis de historia que tienen que ver con los diferentes contenidos de la ruta.

El proyecto, con un presupuesto de 78.000 euros, ha sido posible gracias a la financiación de Red Explora Innova Cultura, la Fundación LaCaixa, la Fundación Caja Navarra y la inversión que también han realizado el Ayuntamiento de Abárzuza y la Asociación Turística Tierras de Iranzu.

Gracias a...

En el proyecto colaborativo, que tendrá una segunda fase con nuevas estructuras que muestren otros oficios, han participado diversas asociaciones: la escuela Zumadia, con una pequeña iniciativa geocaching, la Asociación de Mujeres Lizarrate, la Asociación Cultural Amberria, la Asociación de Jubilados de Abárzuza, el Museo Zumalakarregi, la Asociación Larramendi Elkartea, los historiadores Iban Roldán, Pablo Larraz y Miguel Dutor, el técnico de sostenibilidad Álvaro Gómez, el artista Joseba Burusko, la sociedad de Ciencias Aranzadi, Tenerías Omega, la sección de Museos del Gobierno de Navarra y la empresa Bidea Outdoor.

Teatralización del proyecto y la Batalla de Abárzuza

De la mano de la directora de teatro Laura La Iglesia se ponía en escena el sábado 20 de agosto la obra ‘La Memoria de las Mujeres, la Batalla de Abárzuza’, actividad enmarcada en el proyecto etnográfico coordinado desde la Asociación Tierras de Iranzu. En torno a 450 personas se dieron cita en la localidad para disfrutar de una representación que, como la ruta, puso en valor el papel de la mujer en los oficios antiguos, así como en la batalla acaecida en 1874, en la tercera guerra carlista.

Un elenco de 60 actores y actrices de la compañía Butaca 78 y voluntarios de Abárzuza se encargaron de dar vida a la historia. Además, los combates entre carlistas y liberales se sucedieron con la participación del grupo de recreación Imperial Service. Como complemento, la iglesia de Abárzuza albergó la recreación de mando del ejército carlista y un hospital de campaña, atendido por enfermeras. La gastronomía del siglo XIX también fue protagonista con un pintxo-pote y catas de productos artesanos. Tampoco faltaron talleres relacionados con la etnografía del siglo XIX.

Recreación en Muez de la Batalla de Valdejunquera

Escenarios de Guesálaz recuperaron parte de su historia con la recreación de la Batalla de Valdejunquera. La actividad teatralizada puso en valor ante el público el patrimonio inmaterial y la gastronomía de la época. Fueron dos representaciones, las del 30 y 31 de julio, que no pudieron acoger a todo el público interesado porque las entradas se agotaron rápidamente.

La teatralización corrió a cargo del grupo de recreaciones históricas Imperial Service con la participación de vecinos de Muez voluntarios. Las visitas las condujo, asimismo, la periodista y escritora experta en la época medieval Begoña Pro Uriarte. Los asistentes a la cita tuvieron también ocasión de adiestrarse en el manejo de armas medievales, ver demostraciones del armamento de la época, participar en dos concursos de tiro con arco medieval y presenciar torneos medievales entre cristianos y sarracenos. La gastronomía medieval, tanto árabe como cristiana, tuvo también su espacio en la cita.

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