La iniciativa ‘Puntadas en red’ parte del Centro Intercultural, ubicado en el barrio de Rocamador y que reúne a socias de diferentes nacionalidades como Venezuela, Cuba, Ecuador y Colombia en torno a diferentes actividades. Con el asesoramiento de Eglee Torres Zuleta, presidenta de la Asociacion Venezuela en Navarra (Asvena), las participantes han aprendido a extraer tintes naturales de plantas y alimentos, a trabajar con diferentes materiales, a crear sus propios patrones y a manejar la máquina de coser despertando su parte más artística.
Prendas donadas por Cáritas Interparroquial han recuperado una segunda vida, con más alma que antes, gracias a las labores de reparación o de reconstrucción. Vestidos anticuados han recuperado un aire actual y telas que un día fueron camisas hoy son cojines. Son solo dos ejemplos que se suman a otras piezas confeccionadas como pasminas y mantelería a partir de gasas, bolsas para la compra con retales y vestidos, blusas y faldas que recuperan su gracia.
Explica Torres que una vez finalizada la iniciativa, el grupo se encuentra en fase de reflexión sobre su futuro, con la intención de poder dar continuidad al taller en marzo. “Nos gustaría poder dedicar todo un año a formación y, al siguiente, montar una cooperativa”, explicó.
Empoderamiento
La economía circular está en la base del proyecto pero también el empoderamiento. “Cuando tú tratas con este grupo de personas te das cuenta de que tienen muchas debilidades personales, muchas deficiencias. Entonces también se trabajó mucho el empoderamiento, el apoyo y el asesoramiento en migraciones. Son mujeres de orígenes diferentes pero todas con los mismos problemas, a los que se suma, aparte, la conciliación familiar. Trabajábamos mucho este tema mientras cosíamos”, amplía la monitora del taller.
De momento, el grupo desconoce el futuro de las prendas confeccionadas pero previsiblemente se pondrán a la venta para conseguir fondos que contribuyan al alquiler del local en el que se reúnen.
Las reacciones de las participantes en esta experiencia textil y de convivencia son muy positivas. “Ha sido muy bonita, he aprendido muchas cosas que nos ayudan mucho y estar con las compañeras ha sido muy lindo”, decía Fernanda. “Nos ha permitido salir de la rutina del hogar, del estar al cuidado de los nietos, de hacer las cosas de casa y la pasamos de maravilla. Compartíamos, hablábamos de nuestras cosas mientras cosíamos y pintábamos. En verdad fue una experiencia maravillosa”, añadió otra compañera.
Yudexia, también participante, dio las gracias a las personas que han hecho posible el proyecto y Yesenia se sintió sorprendida por las nuevas aptitudes adquiridas. “He tenido la oportunidad de darme cuenta que yo valgo para otras cositas que no sabía. La técnica que utiliza esta mujer (Eglee Torres) te demuestra que tú vales y eso te hace sentir grande contigo misma. Vamos a seguir haciendo estas cosas bonitas”, expresó.
Apoyo de Cáritas y de la Sociedad Peñaguda
Dos colectivos han ayudado especialmente a hacer del taller ‘Puntadas en red’ una realidad. Se trata de Cáritas Interparroquial, que donó máquinas de coser, un centro de planchado y prendas de su ropero, y de la Sociedad Peñaguda, entidad que cedió sus instalaciones para la realización de los talleres de cocción de alimentos para extraer tintes naturales.