Tres familias con niños llenan de vida esta localidad de 60 habitantes

Tres familias con niños llenan de vida  esta localidad de 60 habitantes

La voz de los que apuestan por vivir en el pueblo

Calle Mayor ha querido poner en valor los testimonios de personas que apuestan por la vida en los pueblos. La voz de su experiencia responde a preguntas que la nueva comisión tendrá que plantearse para luchar contra la despoblación que azota Tierra Estella. El lector podrá conocer los pros y los contras de vivir en una localidad como Villanueva de Yerri, de la mano de tres parejas con hijos pequeños que exponen también sus medidas de lucha contra la despoblación. Larraona les abrirá el apetito gracias a tres mujeres que han apostado por abrir una pizzería en su propia localidad. Por otro lado, en Nazar, su propio alcalde, el joven Javier Acha, de 29 años, desvela su pasión por la agricultura, los motivos por los cuales decidió presentarse como alcalde y sus propuestas para repoblar los pueblos.

Villanueva de Yerri cuenta con 60 vecinos censados aunque son menos lo que conviven entre semana. De lunes a viernes el silencio se rompe con las carcajadas de Iker, Javier, Iraya, Alba y Chedey, los cinco niños, de entre 12 y 2 años, que dan vida a esta pequeña localidad situada a orillas del embalse de Alloz. Sus padres -las parejas formadas por Pedro Mari Armendáriz Andueza, de 44 años y Patricia Santiago Sarasa, de 38 años, de Villanueva y Pamplona, respectivamente; Juan Carlos Azanza Agorreta, de 50 años y Mª Eugenia Alegría Ibarra, de 48 años, de Villanueva y Burlada; y Manuel Teixeira, de 43 años, y Mayer Acosta, de 34 años, de Villanueva y Tenerife- han apostado por una vida tranquila y rodeada de naturaleza en esta pequeña localidad del valle de Yerri.

Los más veteranos son Juan Carlos y Mª Eugenia, que llevan viviendo 14 años. “Yo siempre tuve claro que quería vivir en el pueblo, siempre ha sido mi primera opción de vida. Con coche e internet creo que mi vida no difiere mucho de los que viven en ciudad, la mayoría utilizan coche para ir al trabajo y realizar sus compras. En relación a la crianza de un hijo, el pueblo tiene un plus porque desde la primera infancia pueden desarrollarse con un juego libre, inmersos en la naturaleza”, expresaba Mª Eugenia Alegría, natural de Burlada y con raíces familiares en Villanueva de Yerri. Les siguen muy de cerca Patricia y Pedro Mari, que llevan viviendo en este pueblo trece años y medio. “Pedro Mari tiene aquí su negocio relacionado con la ganadería y agricultura y, es por ello, que nuestro lugar estaba aquí. Ni siquiera cuando Iker era pequeño y no había ningún otro niño en el pueblo nos planteamos ir a vivir fuera. Ahora, ya son cinco niños. Aquí tienen mucha libertad”, declaraba Patricia Santiago. La última pareja que llegó a esta localidad fue hace siete años. Manuel Teixeira, de Villanueva, y Mayer Acosta, de Tenerife. “Llegamos a Villanueva por motivos económicos. Aquí teníamos casa y eso suponía un ahorro. Al principio no estábamos muy convencidos pero ahora estamos encantados. Nos aporta tranquilidad, sobre todo con los críos, que salen a la calle y no tenemos que estar tan pendientes, disfrutan mucho. El inconveniente es el invierno, que después de un verano con el pueblo lleno de gente, llega el invierno y esto está muy solitario”, explicaba Mayer Acosta.

El transporte y la vivienda, los principales inconvenientes

Las tres parejas coinciden en que uno de los mayores inconvenientes es el tema del transporte. “Es una faena el tener que coger el coche para todo. En cuanto al transporte escolar sólo hay para el colegio Remontival, si no tienes disponibilidad, no tienes opción de elegir, ya que para el resto de centros no existe este servicio”, informaba Patricia Santiago. Mª Eugenia Alegría, por su parte, considera que el transporte público es deficiente ya que sólo hay taxi subvencionado, los martes y jueves por la mañana, previa petición. “Se debería ampliar el servicio de transporte público o crear algún bono-taxi o alguna medida para facilitar el desplazamiento de las personas que no disponen de vehículo propio o no pueden conducir y necesiten trasladarse”, proponía Mª Eugenia. Otra de las medidas a tomar para atraer a la gente a los pueblos es el tema de la vivienda. “El Gobierno y los Ayuntamientos no deberían de poner tantas pegas con el papeleo a la hora de hacer una casa”, opinaba Patricia. Otra opción que barajaban las vecinas de Villanueva es fomentar la vivienda de protección oficial, ayudas para la reforma de casas viejas y aumentar la oferta laboral en el ámbito rural, ya que con internet puede ser posible. Mª Eugenia también apuntaba a una idea “que quizá parezca algo utópica pero si cambiamos el estilo de vida y pasamos del consumismo masivo a un modo de vida más sostenible, las nuevas generaciones puedan frenar el éxodo rural y se equilibre la balanza de pueblo-ciudad”. A pesar de todo, estas tres parejas no cambian su vida en Villanueva por nada pero con lo que sí sueñan es con volver a llenar el pueblo de familias y escuchar y ver correr a decenas de niños y niñas todos los días.

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