PRIMER PLANO – Miguel Ánguel Remírez – Jefe de Policía Municipal – “He tratado de hacer las cosas bien y me llenan los reconocimientos de la gente”

PRIMER PLANO – Miguel Ánguel Remírez – Jefe de Policía Municipal – “He tratado de hacer las cosas bien y me llenan los reconocimientos de la gente”

El ya exjefe del cuerpo local en la comisaría de Estella repasaba 35 años de trayectoria profesional al servicio del ciudadano el mismo día que decía adiós

Era el último día en la comisaría de la Policía Municipal de Estella y costaba decir adiós. Miguel Ángel Remírez Hermoso llegaba al cuerpo hace 35 años y los recuerdos de toda una vida profesional se le agolpaban en la memoria. Remírez comenzó a trabajar al servicio de los ciudadanos en diciembre de 1983, con 25 años, cuando la comisaría contaba con medios escasos y ni siquiera se adivinaban los avances de hoy.

El policía, de 60 años, ha ejercido como agente durante tres décadas y media y ha vivido dos periodos en la jefatura: el primero, desde abril de 1995 hasta finales de 2000, y el segundo durante la actual legislatura. Cerrada la etapa profesional, el dicastillense visualiza la manera de compensar el déficit acumulado de tiempo libre para dedicarse a su familia y a sus aficiones.

¿Siempre quisiste ser policía municipal?
Nunca, pero la vida te lleva donde te lleva. Llegué al cuerpo en diciembre de 1983, con 25 años. Había estudiado Maestría Industrial, estuve en la Mili y cuando volví trabajé en dos talleres durante cuatro años. El tema del empleo estaba complicado en los inicios de los 80, surgió la posibilidad de la oposición y me saqué la plaza.

Han pasado 35 años, ¿te parece que fue ayer?
El otro día, en el cohete, en el segundo y medio que tardó en estallar, vi pasar 35 años de una vida. Se pasa en un suspiro. Llegué con inquietudes, las propias del inicio de un trabajo. Y mientras tanto, en lo personal, te casas, tienes hijos, luego me quedé solo… Pasan las etapas y 35 años después llega el momento de decir adiós. Y me voy muy contento de esta ciudad. He tratado de hacer las cosas bien y me llenan los reconocimientos de la gente.

Último día, ¿qué sensaciones tienes?
Un poco de todo. Tengo sensaciones contradictorias y muchas emociones. Llevo media mañana complicada con las despedidas. A lo largo de estos días ha venido mucha gente a despedirse, personas que igual no conoces de nada, pero un día le resolviste un problema que para ti no era nada y para el otro un mundo, y te está eternamente agradecido.

¿Es muy exigente el trabajo de policía municipal? ¿Cómo has llevado la responsabilidad de la jefatura?
Sí es exigente, pero lo he llevado muy bien. Me he sentido muy arropado y apoyado por la gente de la plantilla, por los cabos, que, aunque cada uno ha tenido su parcela y la responsabilidad correspondiente, nos coordinábamos muy bien. Como jefe, tienes que estar pendiente, siempre con la cosa de que pueden llamarte en cualquier momento.

¿Con qué te quedas de estos 35 años?
Destacaría un aspecto: la atención al ciudadano. Me parece el elemento fundamental y siempre he procurado dar un trato exquisito. Mi vocación ha sido siempre la de ayudar a la gente; y en algún momento me he equivocado, lo siento, nunca ha habido mala fe.

¿Cómo has vivido las últimas semanas, con el tema del relevo?
Me he sentido en medio porque afectaba a mi plantilla. No iba personalmente conmigo, pero lo he pasado mal. Ahora toca mirar para adelante y ya está.

¿Cuál ha sido el momento más difícil que te ha tocado vivir?
Hemos vivido momentos muy complicados en la policía, sobre todo los años de 1985 a 1995, por el tema de la heroína. Se perdió media generación de chavales que acabaron tirados con una aguja en un brazo, y eso duele mucho. Además, aquello trajo mucha delincuencia asociada, muchos detenidos, y todos pasaban por aquí porque teníamos el depósito comarcal, con más de 500 detenidos algún año. Fue una época de muchísimo estrés.

Otro momento duro fue el atentado terrorista que acabó con la vida de dos guardias civiles, en 1988. A raíz de aquel atentado, con Rosa López de alcaldesa, la denuncia llegó a la opinión pública y comenzó la verdadera lucha contra el terrorismo, no desde la policía, sino desde la sociedad, y que culminó con el asesinato de Miguel Ángel Blanco y la sociedad en las calles. Ahora, en cambio, vivimos en una balsa de aceite.

¿Ha cambiado mucho el trabajo de la Policía Municipal durante estas tres décadas y media?
Sí, claro. En todos los sentidos, cuando yo llegué no teníamos medios. Estábamos 18, más el jefe. El número no ha variado demasiado en estos 35 años, ahora somos 21-22, aunque la ciudad ha crecido. Pero ha cambiado todo lo demás, la forma de trabajar, los medios, las dotaciones. Cuando yo vine los partes los hacíamos a mano, a bolígrafo, no había una máquina de escribir. Con los medios de entonces sería imposible sacar el volumen de trabajo de hoy, pero claro, ahora tenemos monitorizados los viales y contamos con muchas otras herramientas que antes no existían.

¿Qué percepción tienen los ciudadanos de la Policía Municipal?
La Policía Municipal ha estado siempre y se ha entendido como el cuerpo más cercano. Si es cierto que de un tiempo a esta parte llegan quejas, no vamos a negar lo evidente, de una menor cercanía, y trabajamos en volver a recuperar el trato con la gente. Cercanía no es que no se vaya a denunciar, sino que aunque te denuncio te trato bien. La idea es trabajar más la cercanía y las buenas formas porque dos o tres casos desafortunados tiran la imagen del resto del equipo.

¿En qué situación dejas Estella y cómo se la va a encontrar tu sustituto?
En los tres últimos años se ha trabajado mucho, se han hecho dos cambios importantes en cuanto a tráfico en la zona del Puy y en la zona de San Miguel, calles de un solo sentido con distribución de espacios para peatones y vehículos; también se ha iniciado el carril bici, que tendrá que terminar, y tenemos pendiente los cambios en la peatonalización del casco viejo y la zona azul regulada con cámara lectora de matrícula. La ciudad está siempre viva y es siempre susceptible de cambios. Estamos haciendo cosas que hace 15 años eran impensables. Se evolucionará conforme evolucione la sociedad.

¿Le quieres dar un consejo o dirigir unas palabras a Pablo Salvatierra, tu sustituto?
No tengo que dar ningún consejo a Pablo, lleva muchos años trabajando en la policía y tiene experiencia también como jefe en Cizur. Simplemente le digo que trabaje y que se apoye tanto en los compañeros como en el resto de trabajadores municipales porque se lo van a poner fácil. ¡Para adelante!, le va a ir bien.

¿Y el lunes?
Me levantaré por la mañana y no me pondré el uniforme. Tengo un poco de huerta, unos olivos, perros. Dedicaré tiempo a lo que no he dedicado hasta ahora.

“Cuando llegué, los partes los hacíamos
a mano, no había una máquina de escribir. Con los medios de entonces sería imposible sacar el volumen de trabajo de hoy”

Relevo en el cargo

Miguel Ángel Remírez Hermoso se jubilaba el 30 de septiembre, el mismo día que cumplía 60 años. Al día siguiente, el lunes 1 de octubre, tomaba el testigo al frente de la comisaría de Estella el cabo Pablo Salvatierra, procedente de la Policía Municipal de Cizur.

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