
Elisa Remírez. Ex alcaldesa y concejala de Morentin:
“Hay que saber dónde te metes y a lo qué
te enfrentas porque toca trabajar”
Miguel Ángel Remírez. Alcalde de Dicastillo:
“Ser alcalde de tu pueblo es un reto y, para mí, también lo más bonito”
¿De dónde os viene la vocación de servicio al pueblo?
Miguel Ángel Remírez (M.A.R.). Vocación política no diría. Yo, personalmente, he ejercido toda mi vida laboral, como policía municipal, al servicio de los demás y creo que de ahí es de donde me viene el interés.
Elisa Remírez (E.R.). Mi primer contacto con la política local fue en Dicastillo, como concejala, en unas elecciones para las que no había candidatura. Nos juntamos un grupo de amigos y nos pareció que podíamos ser un buen equipo. En el caso de Morentin, di el paso porque el pueblo necesitaba cambios, que se hicieran cosas. Nos juntamos también un grupo de gente dispuesta, pero nadie se animaba con la alcaldía. Finalmente fui yo porque tenía algo de experiencia previa en mi pueblo.
Miguel Ángel, ¿qué opinas de que tu hija se interese por la gestión municipal?
M.A.R. Entró como concejal en la legislatura 2015-2019, también mi hijo, y me hicieron sentir muy satisfecho. Formaban un grupo de gente joven comprometida para sacar el pueblo adelante. Después llegó la alcaldía de mi hija en Morentin y me pareció estupendo. Ser alcalde tu pueblo es un reto y, para mí, también lo más bonito. En política lo mejor que se puede ser es alcalde de tu pueblo.
¿Y cómo ves a tu padre al frente del ayuntamiento de Dicastillo?
E.R. Es un orgullo también. Las cosas van saliendo en el Ayuntamiento y la gente responde muy bien.
En tu caso, Elisa, has terminado tu turno como alcaldesa y ahora estás como concejala, ¿qué posición te gusta más?
E.R. En un pueblo pequeño, como Morentin, más pequeño que Dicastillo, la carga principal del trabajo la lleva el alcalde o la alcaldesa. Los vecinos recurren a ti para cualquier cosa pequeña, para todo. Es verdad que a la hora de preparar actividades la labor es más compartida dentro del equipo, pero cuando hay un problema en el pueblo la primera persona eres tú. Valoro mis dos años en positivo, aunque surgen cosas, pero es verdad que es trabajo. Aún hay mucho por hacer, pero creo que hemos dinamizado la localidad y que hay gente que lo valora.
¿Debería pasar cada vecino por su Ayuntamiento y conocer esta labor de primera mano?
E.R. Yo creo que sí, para conocer tanto lo bueno como lo malo. Desde fuera, es muy fácil ver lo que no se hace o lo que no gusta, pero se desconocen las limitaciones que hay dentro en cuanto a recursos y en cuanto a plazos, tan largos en la administración.
M.A.R. Es verdad que es increíble lo lenta que es la administración. Puedes plantear un proyecto al inicio de la legislatura y al final igual no lo has acabado.
¿Con qué os quedáis de vuestra dedicación?
M.A.R. Yo entré en el Ayuntamiento para ayudar a todo el mundo, sin favoritismos. Y con eso me quedo, con las ganas por aportar.
E.R. Durante mis dos años de alcaldesa en Morentin me he sentido bien. Todo lo haces pensando en el bien del pueblo y de los vecinos, y esa es mi satisfacción. Nunca llueve a gusto de todos, pero la conciencia la tengo tranquila.
¿Son más los sinsabores que los sabores, o al revés?
E.R. Normalmente de lo bueno no se suele hablar, es difícil que la gente vaya y te diga “qué bien lo habéis hecho”, pero, sin embargo, cuando algo no gusta es cuando llegan las críticas. Yo esa sensación sí que la tengo.
M.A.R. En Dicastillo, parece que la gente está contenta. A mí me han felicitado por cosas que yo las veo normales, porque para eso estamos, y mi experiencia está siendo muy buena. En mi opinión, en un pueblo importa la atención del día a día porque no se pueden hacer grandes cosas. Por eso todo lo que se hace es importante.
¿Cuáles son los principales proyectos de vuestras legislaturas?
E.R. En Morentin estamos haciendo ahora la renovación de la plaza del pueblo, que llevaba sin arreglarse cuarenta años, a través de una enmienda a los presupuestos, y también la creación de una vivienda para alquiler social en las antiguas escuelas. Hemos puesto una fuente en el jardín, que no había, y estamos trabajando en la cubrición del frontón. Económicamente es inviable y estamos mirando subvenciones.
M.A.R. Estamos trabajando en la travesía, la habilitación de dos viviendas para alquiler social y queremos iniciar este año la construcción de un almacén para el ayuntamiento. Hemos hecho una modificación en el cementerio para 64 columbarios y arreglos de una calle. También se arregló la piscina de chapoteo, que tenía fugas. Tengo en mente varias cosas que hacer, como una pista de pádel, y, en proyecto, la rehabilitación del frontón.
¿Cuál sería para vosotros la mayor satisfacción al final de la legislatura?
M.A.R. Me quedo con el plano personal. Irme sin ningún disgusto con nadie. Lo demás se hace con tiempo y dinero y los recursos son limitados.
E.R. Como dice mi padre, que la gente se quede con buen sabor de boca, al igual que nosotros en el ayuntamiento, porque todo lo hacemos con la mejor voluntad.
¿Qué papel juegan las nuevas generaciones en la renovación de la política municipal?
E.R. Otro punto de vista. Me parece importante que en el quipo haya gente veterana y gente joven. El trabajo se enfoca de diferentes maneras y eso es mucho más rico.
M.A.R. Aquí estamos de muy variada edad, desde los 25 hasta los 67 años, yo soy el mayor junto a otra mujer cuya hija también es concejal. Recuerdo un día una discusión de cómo hacer las cosas. Yo no había abierto la boca, y les dijo al terminar, es buena idea, pero nos vamos a encontrar con esto, con esto y con esto. Pues tienes razón, me dijeron. Es muy importante la visión desde las diferentes edades. Eso enriquece.
Este año tiraron el cohete los jóvenes. Ha habido momentos en que los jóvenes se han mostrado más comprometidos, otros menos, cada generación es distinta y ahora el grupo de jóvenes en el pueblo está muy comprometido, preparan cosas con mucho criterio y muchas ganas de implicación. Pienso que puede haber relevo entre la juventud.
¿Es difícil conseguir implicación en un Ayuntamiento?
M.A.R. En Dicastillo, en la primera vuelta no se presentó ninguna candidatura. En la segunda, se juntó gente, pero no había alcalde y me vinieron a buscar. Les dije que no, pero al final aquí estoy y no me arrepiento.
E.R. En nuestro caso, cuando lo planteamos, salió. Pero sí que hay que saber dónde te metes y a lo que te enfrentas, y sabes que toca trabajar.
¿Qué consejo os dais de hija a padre y de padre a hija?
E.R. No nos damos consejos. Pero yo sí que a veces le consulto a mi padre y tiro de él. Tomar decisiones es complicado y ayuda tener un apoyo para seguir para adelante.
M.A.R. Aunque no siempre me has hecho caso, pero bueno. Yo sí que le doy una recomendación: que las decisiones nunca se toman en caliente, porque te equivocas. Ese sería mi consejo.
¿Le das ahora alguno a tu padre?
E.R. Nada. Porque yo a mi padre le veo disfrutando con la alcaldía, veo que lo está llevando muy bien, así que para adelante.
¿Qué viene después de esta legislatura?
M.A.R. Yo no voy a repetir. Pienso que tenía que haber entrado cuatro años antes para plantearme volver a presentarte. Ahora ya no. Llega un momento en la vida en que no quieres más compromisos ni responsabilidades. Y creo que con una legislatura ya he cumplido.
E.R. Cuando termine esta legislatura, quiero tomarme un tiempo de descanso para mí y para mi familia. Pero soy joven, así que, dentro de unos años, si se da la circunstancia, no tendría problemas en volver a planteármelo porque, aunque te encuentras tropezones en el camino, es bonito y me gusta.
