PRIMER PLANO – Ángel Manuel Luquin – Director de la Escuela de música Julián Romano – “Subir el número de alumnos es la mayor preocupación de la Escuela hoy en día”

PRIMER PLANO – Ángel Manuel Luquin – Director de la Escuela de música Julián Romano – “Subir el número de alumnos es la mayor preocupación de la Escuela hoy en día”

El centro perdió un alto porcentaje de matriculaciones hace cuatro años con la modificación de las tasas. La pandemia ha restado otros 29 alumnos en este curso atípico

Ángel Manuel Luquin Seguín (15/08/1968) llegó a la Escuela de Música Julián Romano en 1986 como profesor de acordeón, cuando el centro era conservatorio. Fue director en los años 2000-2003, etapa que reedita desde el inicio de este curso tras la dimisión del anterior equipo directivo. A Luquin, músico de profesión y de vocación, le ha tocado pilotar un curso en pandemia, tras la interrupción de las clases presenciales en marzo de 2019 cuando todo cambió; un curso que, con 153 alumnos, avanza ya en su segunda evaluación y que, como principal diferencia, no permite conciertos ni actividades ante el público. Por el contrario, el actual es un curso blindado en seguridad con precauciones y distancias que permiten el desarrollo de la formación musical.

El director, que asume responsabilidades junto a la jefa de estudios, Nieves Recalde, explica, que el principal reto de la Escuela municipal es recuperar alumnos, cifras de matriculación que cayeron en picado cuando hace cuatro años el Ayuntamiento de Estella-Lizarra aprobaba unas nuevas tasas. La situación se espera reversible con un nuevo cambio en los gastos de matriculación en el que ya se está trabajando. Añade Ángel Manuel Luquin que otras iniciativas están en marcha para, por un lado, potenciar una actividad lo más atractiva posible y, por el otro, acercar la Escuela a otras localidades vecinas. Un recorrido que espera sea más fácil cuando la pandemia sea historia y retorne la ansiada normalidad.

¿Cómo se está desarrollando el curso actual 2020-2021?
Es una situación anómala y nos cuesta sobrellevarla pero era más el miedo al iniciar que cómo se va desarrollando el curso. Tenemos alumnos confinados y con ellos hacemos clases por video-llamadas, para no cortar la actividad, pero en el centro no se ha contagiado nadie. A pesar de la incertidumbre inicial, apostamos por la enseñanza presencial, y la primera evaluación está salvada. Esperamos seguir de aquí en adelante como hasta diciembre.

¿Cómo viven los alumnos y el profesorado el curso?
El sentimiento es general, el de una situación anómala. Seguimos adelante con voluntad, trabajo y con la intención de que la cultura y la música sigan adelante. Hicimos un plan de actuación en la Escuela y lo seguimos al pie de la letra. Los críos van con mascarilla, tenemos limitaciones a la hora de tocar un instrumento, que hay que limpiarlo cada vez, y es cierto que la situación limita nuestra forma habitual de trabajar. Esperamos que esto dure lo menos posible.

“La ausencia de actividades de la Escuela para darse a conocer en el exterior es la gran diferencia de este año”.

¿Las familias confían?
Hay que decir que el descenso de matriculaciones se produjo hace cuatro años con el cambio de tasas, y el Covid no ayuda. Estamos en números muy inferiores a los que la Escuela de Música de Estella tendría que tener, pero esperamos que poco a poco vayamos subiendo, para ello el Ayuntamiento trabaja en unas nuevas tasas y nosotros en nuevas ideas.

Quiero agradecer a las familias y a las personas que han apostado por la cultura y por la música y que han tenido confianza para traer a sus hijos a una escuela donde las cosas se están haciendo bien. También se entiende que haya habido familias que hayan querido evitar contactos.

¿En qué medidas se trabaja para recuperar alumnos?
Estos cursos hemos empezado un plan pedagógico renovado, las tasas es un tema exclusivo de los políticos pero se están trabajando y esperamos que salgan adelante y que atraigan a más alumnos.
Se plantean bajadas entre un 21% y un 28% en los dos primeros cursos y algunas materias descienden hasta un ochenta y pico por ciento. Los segundos instrumentos bajan también un 60%. Por parte de la escuela hemos hecho un plan pedagógico para optimizar recursos en el centro de tal manera que el Ayuntamiento pueda abordar la bajada de tasas. El cuerpo docente trabajamos también en ideas y en una pedagogía lo más atractiva posible.

¿En qué consiste la optimización de recursos?
Las Escuelas de Música se rigen por un decreto foral que dice que las clases colectivas pueden ser de hasta 20 personas. La Escuela estaba en ocho alumnos por grupo de acuerdo al plan antiguo; este año, con el plan nuevo, hemos aumentado los grupos a diez. Por otro lado, mientras el número de alumnos siga siendo bajo, el equipo directivo prescinde de una persona, y pasamos de tres a dos, lo que permite ahorrar. También se van a suprimir las becas a alumnos.

¿Cuáles son los objetivos de este curso?
Los mismos que otros años, no influye el covid. Sí es cierto que el desarrollo de las actividades ha variado. En Santa Cecilia solemos hacer un concierto y una entrega diplomas; en vísperas de navidades, una ronda de villancicos y otras actividades que no se están pudiendo este año llevar a cabo. La ausencia de actividades de la Escuela para darse a conocer en el exterior mediante conciertos es la gran diferencia.

¿Proyectos de la Escuela a corto y medio plazo?
A corto plazo, ya mismo, se va a proceder a informatizar todas las aulas, que no lo estaban. Esto es importante en estos tiempos porque nos va a facilitar la realización de vÍdeo-llamadas. Por otro lado, trabajamos en mancomunar, o más bien, consorciarnos con otros ayuntamientos cercanos para llevar allí la Escuela, por ejemplo Ayegui y Villatuerta. Hemos iniciado contactos con ellos para darles la posibilidad de llevar allí la oferta educativa de la Escuela. Es una manera de dar la posibilidad a los alumnos de desarrollar la actividad en su lugar de residencia, de facilitarles el acceso a la formación.

“Hemos iniciado contactos con Ayegui y Villatuerta para darles la posibilidad de llevar allí la oferta educativa de la Escuela”.

¿En qué otras ideas está trabajando la Escuela?
Tenemos proyectos de comenzar la enseñanza a los 3 años en lugar de 5, como vemos que se hace en otras escuelas y con buenos resultados. También tenemos intención de realizar un curso de nuevas tecnologías aplicadas a la música. Ideas hay varias. Se trata de mejorar y de ser más atractivos todavía. Que nuestro servicio sea beneficioso para los alumnos y para la vida de la escuela porque subir el número de alumnos es la mayor preocupación que tiene la Escuela hoy en día.

¿Cómo era la escuela de música en tu primera etapa de director y cómo lo es hoy en día?
La principal diferencia era el espacio en que estábamos. Yo empecé a trabajar en el edificio de la estación, con limitaciones importantes. Hoy en este edifico todo son beneficios: espacios con luz, amplitud… Por otro lado, veníamos de ser conservatorio y ahora somos escuela, tras el cambio de leyes. Fueron dos momentos diferentes, dos etapas muy bonitas y de mucho trabajo.

¿Podría volver la Escuela de Música de Estella a ser conservatorio?
Es una idea que me ronda en la cabeza siempre, aunque me llamen soñador. Estella tendría la posibilidad, pero desde luego no ahora. Primero habría que subir el número de 250 alumnos para arriba. En cuanto a espacio ahora ya no hay limitaciones. A día de hoy es muy difícil pero no imposible, quién sabe.

“La música nos ha ayudado a superar el confinamiento porque siempre nos da gratificaciones”

¿Qué significado tiene para ti la música?
Para mí la música es todo, es mi forma de vida. Mi prioridad es mi familia y después la música, porque es mi forma de trabajo, fue la manera de conocer a mi mujer, he viajado mucho por la música y he conocido a mucha gente. En mi casa se respira música, mis hijos son músicos, y vivimos la música con mucha intensidad.

¿Qué papel ha tenido la música durante el confinamiento y está tendiendo en la pandemia?
Ya hemos visto que todos nos lanzado a poner vídeos en las redes y a salir a los balcones a tocar, pero pasa el confinamiento, pasará la pandemia y la música y la cultura volverán a ser las grandes olvidadas, como casi siempre. La música nos ha ayudado a superar el confinamiento porque siempre nos da gratificaciones, nos ayuda en los malos momentos, pero la realidad es que ahora en pandemia existen muchas dificultades para desarrollar la actividad musical y los músicos lo estamos pasando mal. Los músicos como profesionales nunca hemos sido valorados. Es una carrera musical muy larga, muy costosa y nunca ha estado valorada.

¿La música alimenta el alma, da la libertad?
Por supuesto. La música te hace viajar a donde quieras sin salir de casa. Yo hago una prueba con los alumnos, les pido que cierren los ojos para tocar, por ejemplo, un vals parisino. Quien haya estado allí o lo haya visto por la tele, reconoce el lugar al instante. La música hace al alma libre, te permite volar a donde quieras, es una forma de expresión importantísima que no tiene más límites que los que pone el intérprete. La música es una válvula de escape, nos favorece muchísimo y nos ayuda a disfrutar.

Hasta 300 alumnos

En este curso 2020-2021, un total de 153 alumnos reciben formación en la Escuela de Música Municipal Julián Romano. Eran 182 en el curso anterior y sumaban hasta 300 en los mejores tiempos del servicio. En la actualidad, catorce docentes, uno menos que el pasado año, ponen lo mejor de sí mismos para la educación musical de los alumnos. El próximo mes de junio se abre el periodo de matriculación para el próximo curso.

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