
El colectivo de mujeres, ya veterano, celebra en 2025 sus bodas de plata. Asociación bien nutrida, con 370 socias, la preside Marisa Altamira. Junto con Mariavi Alegría, secretaria, y Oihane Echeverría, la tesorera, las tres prendían la mecha del cohete desde el balcón consistorial en representación de todas las compañeras que han pasado por la asociación y han contribuido con su aportación a la vida en el pueblo.
Tras el cohete, que contó con la presencia de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, junto a otras autoridades, el Ayuntamiento reconoció con un ramo de flores y una placa a la que fuera su primera presidenta, Conchi San Juan Ajona.
Las fiestas de Arróniz contaron con un presupuesto que rondó los 150.000 euros y que permitió llenar de actividad los días de blanco y rojo, con actos para todos los públicos. El primer día ya hubo comida popular, organizada por el consistorio y las asociaciones locales, que en su cuarta edición contó con 400 personas en torno a las mesas. Después hubo encierro, capea y música.
El domingo discurrió con actividades infantiles, música, más espectáculos taurinos y conciertos. El lunes se dedicó a la patrona, la Virgen de Mendía, y se celebró misa en su honor seguida de la procesión. El martes fue el día de los niños y de los mayores. A las doce del mediodía el Ayuntamiento txiki era recibido en el ayuntamiento para dirigirse después a la iglesia parroquial, donde se realizó la ofrenda floral a la Virgen. Los jubilados tuvieron su comida –se apuntaron 220 personas- y, por la tarde, se concentraron en la plaza los disfraces.
Pochada para 500
El Día de las Mujeres fue el miércoles 10, con la comida en el frontón para 180 mujeres, organizada por Aranbeltza como principal atractivo, sin que faltaran por la tarde los espectáculos taurinos, incluido un encierro nocturno de vaquillas, como hubo también el martes. Las cuadrillas celebraron su día por todo lo alto el jueves, cuando el programa reservaba la esperada pochada popular, que dio cita a unos 500 comensales. “Este es un día muy bueno porque ya desde la mañana hay cosas y la gente lleva sus mesas y las cuadrillas se juntan. Es el día que no se puede faltar”, explica el alcalde, Ángel Moleón.
El día de la Mascarada se desarrolló el viernes. En honor a este nombre por la noche hubo gran participación de disfraces para adultos. Llegó el sábado, que pondría fin a la programación con una gran afluencia de público. Vecinos y visitantes pudieron disfrutar con el concurso de calderetes, con encierro y capea, torico, las últimas vacas nocturnas y el pobre de mí. Aunque la música y la fiesta siguió, incluida la despedida de la txaranga a las 5 de la madrugada.
El primer edil realiza una valoración muy positiva de siete días festivos en los que el tiempo acompañó, salvo dos ratos de más fresco e incluso algo de lluvia. “Hemos podido celebrar con normalidad todos los actos y han sido unos días de mucha afluencia, especialmente el primer fin de semana y desde el jueves en adelante. Los horarios del vermú y por la tarde, y también por las noches, han sido momentos muy buenos. Este último sábado hemos recibido a gran cantidad de visitantes de otros pueblos y la gente se ha divertido. Afortunadamente, todo ha ido bien y no tenemos ningún incidente que señalar”, destacó.
Tras los siete días de fiestas, Arróniz poco a poco va recuperando su rutina de septiembre.
