Alrededor de las nueve de la mañana, las inmediaciones de la escuela fueron acogiendo al alumnado que llegó acompañado por sus progenitores y a través del transporte escolar. Ana Goñi Buldain, de Riezu, acompañaba a sus dos hijos, Asier y Ekai. “Me quedaré un rato en la clase porque el pequeño empieza este año y hacen adaptación.
La verdad es que el nuevo centro está muy bien, es una suerte poder disponer de un colegio así en la zona”, reconocía. Natalia Villalobos, procedente de Lorca, esperaba la apertura del centro junto a su hija Alaia Mauleón, que estaba un poco nerviosa ante el inicio del nuevo curso. “Esta noche hemos dormido poco, pero tiene ilusión por volver a clase.
El sábado estuvimos en la jornada de puertas abiertas y es un centro muy bonito. Aunque a Lorca no le corresponde por ubicación, decidimos solicitar plaza aquí porque es el proyecto educativo que queremos. Hemos tomado una buena decisión”, declaraba Natalia. Entre el alumnado se encontraba el pequeño Eneko Argandoña, de Abárzuza, que sujetaba con fuerza su planta y reconocía que tenía ganas de ver a los amigos. Nagore Heras, una de las profesoras, que impartirá clases a 2º y 3º de Primaria, mostraba su emoción ante “este nuevo proyecto que tantos años ha costado conseguir. Estamos un poco nerviosos porque es el primer día, pero con muchas ganas de empezar”, reconocía.
El alumnado llegó a la escuela con plantas y flores para decorar el interior del nuevo centro
La tranquilidad y serenidad dieron paso a la música y la danza cuando el profesorado salió a recibir al alumnado con una pancarta en la que se leía ‘Ongi etorri’ (bienvenidos). Después, el alumnado de Infantil entró por el lado izquierdo del edificio y los de Primaria por el derecho.
El horario escolar este mes será de 9 a 13 horas y a partir de octubre, hasta las 14 horas. Se ofrecerá servicio de comedor. “Lo que queremos conseguir es que el comedor lo gestionen personas de la zona, para crear empleo, y que se fomente el consumo de producto local. Este año no se ha conseguido, pero seguiremos luchando”, informaba Kalen Artze, la directora del nuevo colegio.
Naturaleza y medio rural
El edificio cuenta con una única planta de unos 1.200 m2. En su interior, cinco unidades didácticas, un gimnasio, despachos, aseos, vestuarios, comedor, etc. El exterior dispone de 1.500 m2 de espacio hormigonado y zona de jardín, todavía sin definir. “La idea es que el alumnado juegue e interactúe libremente en este espacio abierto a la naturaleza y al entorno rural. Podrán contemplar las cuatro estaciones a través del paisaje que rodea la escuela y queremos contar con gente de la zona que venga al centro a contar cómo es su modo de vida, etc.”, explicaba la directora, Kalen Artze.
Con el objetivo de crear un espacio para compartir y disfrutar, todas las estancias cuentan con acceso al exterior y están comunicadas entre sí, con la opción de crear espacios independientes. Características a las que se une la climatización continua y un sistema de calefacción radial, que convierten a la nueva escuela en un edificio ‘perfecto’ para cumplir con las restricciones marcadas por el protocolo de prevención ante el Covid-19.
El mobiliario de materiales naturales, la disposición de los elementos y una iluminación del interior regulable dotan al espacio de serenidad y bienestar. Así lo pudieron comprobar antes del inicio del curso, el 5 de septiembre, los alcaldes de los valles y localidades implicadas, familias y otros asistentes, en la jornada de puertas abiertas que tuvo lugar durante toda la mañana.