
Eran las seis y media de la tarde cuando Sus Majestades hicieron su aparición por la calle de la Rúa. En el corazón del barrio monumental esperaban las carrozas de las apymas de Remontival, Mater Dei y Santa Ana, los colectivos culturales y el público que no quiso perderse estos primeros compases.
Melchor, Gaspar y Baltasar, llegados a caballo, descabalgaron y saludaron de manera especial y cercana a los escolares de las tres carrozas, que adoptaron este año la temática del invierno. A continuación, ya en el balón del antiguo ayuntamiento, Sus Majestades hicieron la Adoración al Niño y saludaron desde arriba a las familias reunidas, antes de volver a pie de calle e iniciar oficialmente la cabalgata. Volvieron a montar en sus caballos y continuaron su visita anual por el centro iluminado.
Encabezaban la comitiva las alumnas de la academia de danza Belarts, seguidas por la banda de música y el grupo de danzas Virgen del Puy y San Andrés, con los gaiteros Montero, acompañando a Melchor. Seguía la Apyma de Remontival integrada por el alumnado vestido de osos polares; entre ellos, un peluche mostraba el corazón azul, en referencia al autismo y las enfermedades raras.
Los danzaris de Larraiza y las Gaiteras Iturrieta arropaban el séquito de Gaspar, seguido por los txistularis Padre Hilario Olazarán y la carroza de Mater Dei, que representaron simpáticos muñecos de nieve. Continuaban los danzaris de Ibai Ega con los Gaiteros de Estella y el Rey Baltasar, junto a la carroza de Santa Ana, que este año portó pingüinos recién llegados del Polo Norte.
La charanga Alkaburua y el camión de bomberos cerraban la comitiva que discurrió por el puente del Azucarero, el paseo de la Inmaculada y la avenida de Yerri -cerrados al tráfico para la ocasión-, la cuesta Entrañas, las plazas Santiago y de los Fueros y, de nuevo por la Inmaculada, hasta el ayuntamiento. En el interior, los Reyes saludaron a los niños y a las niñas que se acercaron hasta ellos. Durante todo el recorrido los Reyes repartieron caramelos y cerca de 1.000 balones se entregaron en mano en el colegio de Santa Ana.
El recibimiento a los Reyes Magos que cada año desde hace 65 ediciones organiza la Sociedad Peñaguda contó con la participación de unas 700 personas, entre colaboradores, escolares y miembros de los colectivos. Una vez más, la tarde noche en Estella-Lizarra quedó para el recuerdo, especialmente entre el público infantil. Los más pequeños de la casa tenían por delante una larga noche de nervios a la espera de la visita mágica que les dejaría sus regalos.
Embajadores locales
Melchor, Gaspar y Baltasar se sintieron como en casa durante el recibimiento que les brindó la ciudad del Ega y la sociedad Peñaguda. Estuvieron muy agradecidos a la asistencia personal que en todo momento les ofrecieron Carlos López Narrica, Javier Jiménez Busto y Aitor Marcos Ázqueta.
Los Tres Reyes Magos tuvieron una larga tarde en Estella-Lizarra. La cabalgata fue el colofón de un programa que comenzó a las tres de la tarde y que les llevó a las diferentes residencias de ancianos de la ciudad, al centro Oncineda y al Hospital de Estella García Orcoyen.