
La idea comenzó el año pasado, a raíz de una exposición que sobre semillas realizó el vecino en el pueblo. Entonces ya le comentó al alcalde su deseo de adecentar y embellecer el paraje de Las Antanillas de manera desinteresada. Se iba a formar grupo para empezar a trabajar pero como pasaba el tiempo, al final Beloqui decidió emprender el proyecto en solitario.
Al poco tiempo recibió el apoyo de varias personas que le echan una mano cuando pueden. La cuadrilla limpió primero de maleza la zona de la chopera, de unos 5.000 m2, y dos nogaleras aleñadas, así como tres paseos que discurren en el término, de entre los 800 y los 2.000 metros cada uno.
Trabajo no falta pero los resultados saltan a la vista. Además de la limpieza, en torno a 25 jardineras, realizadas con material natural y reciclado, albergan plantas medicinales. Están por doquier. Se han realizado con madera, con palés, con cañas, sarmientos y clemátides para trenzar y ven crecer flores como dalias, pensamientos, alhelís o claveles del poeta y plantas medicinales como salvia, lavanda, romero, santolina, ricino, laurel, albahaca, centaura y verbena, entre muchas otras.
El trabajo de la plantación comienza en casa y luego Beloqui se lleva las jardineras al lugar donde las va a colocar. Todos los elementos que hay en el paraje se prestan a las manos sabias de su jardinero, incluso los troncos o tocones de árboles secos. En algunos se han puesto campanillas trepadoras para devolverles un poco de vida.
La colaboración se suma al trabajo del vecino. Alguna mujer del pueblo le lleva una planta para poder plantarla y otras vecinas, aficionadas al ganchillo e integrantes del colectivo ‘Ganchilleando’, han plasmado su labor en algunos árboles del lugar que añaden color e invitan a pasear por la zona. Además, la hija de Beloqui ha preparado pequeños letreros de madera con el nombre de las plantas, con el fin de que el paseo no sólo sea agradable para los sentidos, sino también pedagógico.
Beloqui se muestra satisfecho con el trabajo, aunque lamenta que, en varias ocasiones, cuando llega a primera hora de la mañana, ve que algunas jardineras alguien las ha arrancado. “Ya hace unos días que nadie las toca, parece que se va respetando. No entiendo qué daño hacen”, cuenta.
¿Hasta cuándo hay trabajo en Las Antanillas? “Hasta siempre”, responde convencido su artífice. Y no le falta razón. El mantenimiento es la clave que permitirá conservar un paraje que tras muchas horas de labor resulta muy atractivo para las visitas.
IDEAS DE INTERNET

Aunque se ha dedicado toda la vida al campo, José Luis Beloqui, no teme a las nuevas tecnologías y aprovecha ahora en la jubilación para tomar ideas en Internet sobre jardinería. De la web ha cogido ejemplos de las diferentes jardineras que se pueden ver en el lugar. Respecto a las propiedades de las plantas medicinales, aunque le guste investigar online, su conocimiento es una afición que cultiva desde siempre y sus conocimientos son difíciles de igualar.