El director de la empresa, David Fernández de la Pradilla informaba de que el 23 de marzo, una semana después de que se declarara el estado de alarma, diversos compañeros consideraron que desde la empresa se podría intentar la creación de un respirador artificial para cubrir esa necesidad que se demandaba desde las Unidades de Cuidados Intensivos de los centros hospitalarios, en base a los conceptos industriales que emplean habitualmente en la fabricación de maquinaria. “El equipo coincidió en que era una buena iniciativa y nos pusimos manos a la obra sabiendo que tenía que ser un proceso rápido puesto que la situación así lo requería”, explicaba Fernández de la Pradilla.
En paralelo con otras posibles vías de validación, ahora toca esperar a que Gobierno de Navarra dé a conocer el fallo del concurso de emergencia
Ingenieros, informáticos, técnicos electrónicos y programadores lograron crear, en una semana, un prototipo funcional que ha contado con indicaciones y respuestas positivas por parte de profesionales médicos.
A pesar de que no ha sido una tarea fácil ya que el equipo ha tenido que adaptar las funciones y dispositivos que normalmente se utilizan en la industria a las exigencias médicas indicadas, para el correcto control de los ciclos respiratorios, el ratio entre el oxígeno y el aire, los caudales y las presiones, el equipo de Largoiko está contento con el resultado, ya que han logrado que sea funcional. “Una de las grandes ventajas es que se ha parametrizado, para un control rápido, en una sola pantalla. Todos los cambios son modificables, por el operador médico, por pantalla de una manera rápida y muy intuitiva”, explicaba David Fernández de la Pradilla.
En paralelo con otras posibles vías de validación, ahora toca esperar a que Gobierno de Navarra dé a conocer el fallo del concurso de emergencia, en el que aseguraba que podría llegar a comprar hasta 300 respiradores.