
Desde la recuperación de la procesión en 1992, las inclemencias del tiempo obligaron a que en tan solo una edición el acto fuera suspendido y sustituido por un viacrucis en el interior de la iglesia de San Juan. Este viernes 15 de abril, sin embargo, en torno a 300 porteadores hicieron realidad la recreación de la pasión y muerte de Cristo ante un nutrido público que arropó el desfile de los pasos durante el recorrido en una tarde-noche primaveral.
En torno a las ocho de la tarde, todo estaba listo en el interior de la iglesia de San Juan para que media hora después, los pasos, engalanados para la ocasión con centros de flores y velas, comenzaran a salir del templo y a desfilar siguiendo estricto orden. Los costaleros calentaban para una edición que desde la Hermandad de la Santa Veracruz, organizadora del acto, había trabajado mucho para la reunión de porteadores suficientes.
Necesidad de porteadores
Aunque la procesión contó con costaleros jóvenes, cada año, y sobre todo después de dos años de pandemia, a la organización le cuesta movilizar la implicación. Mientras que la situación ideal es la de 18 porteadores más otros tantos de reemplazo por cada paso, hace tiempo que este número se ha ido reduciendo y este año la Oración del Huerto no salió.
El Viernes Santo en Estella sí se pudo ver el desfile de los Malditos que introdujeron a los primeros pasos: El Cristo atado a la Columna y el Ecce Homo. Seguían la Verónica, El Calvario, La Cruz a Cuestas, el Santo Entierro y La Dolorosa. No faltaron intercalados entre los diferentes pasos los tambores que ofrecieron toda su solemnidad, los estandartes de los Cuatro Elementos -Fuego, Tierra, Agua y Aire-, el Antiguo Testamento, los romanos, el Velo del Templo, la música de trompetas ni la participación de la banda de música de Estella.
La Procesión tardó en torno a hora y media en recorrer el itinerario habitual por la plaza de los Fueros, la calle Estrella, Chapitel, Zapatería y calle Mayor para regresar al punto de inicio en el interior del templo de San Juan a las 22 horas. La Procesión concluyó con un momento de esperada despedida, cuando dos de los pasos, El Santo Sepulcro y La Dolorosa, representaron una pequeña coreografía al ritmo de los acordes de la banda de música.
A buen recaudo, los pasos de la Procesión del Santo Entierro de Estella descansan desde el mismo viernes en su lugar habitual: el interior del Santo Sepulcro, a la espera de otra edición que sueña con poder desfilar de nuevo completa.
Un traslado de la Dolorosa marcado por la lluvia
El paso de La Dolorosa, uno de los más venerados de la procesión de Estella, tuvo el viernes 8 de abril su momento especial. A la Virgen se le rinde un homenaje sentido en el que el paso es protagonista con motivo del Viernes de Dolores. La lluvia, sin embargo, empañó un acto de traslado del paso, desde la iglesia de San Miguel hasta la de San Juan, que se hizo con un plástico cubriendo la imagen para evitar posibles deterioros.
El fervor de esta pequeña procesión, que sirve como anticipo de la celebración de la Semana Santa, no se vio sin embargo mermado y numeroso público siguió, paraguas en mano, el discurrir solemne de La Dolorosa por la empinada cuesta de Chapitel y la calle Estrella hasta su entrada en la plaza de los Fueros y en el interior del templo de San Juan Bautista, donde la Virgen pudo ser venerada.
Junto al Traslado y la Procesión de Viernes Santo, otros actos completaron el programa que la Hermandad de la Santa Veracruz preparó para estos días. No faltó una misa en honor de los cofrades difuntos ni visitas en el Santo Sepulcro para que la gente pudiera visitar los pasos y conocer el interior del templo habitualmente cerrado al público.