La plaza Santiago fue testigo de lujo del cariño de Olentzero y Maridomingi

La plaza Santiago fue testigo de lujo del cariño de Olentzero y Maridomingi

La kalejira de recibimiento en Estella partió de Lizarra ikastola y terminó en la plaza San Martín, tras una parada especial en el centro de la ciudad

La plaza Santiago centró las atenciones del nuevo formato de la kalejira de Olentzero y Maridomingi que tuvo lugar en la tarde del domingo 24 de diciembre. El recorrido recuperó su inicio en el patio de Lizarra Ikastola, centro educativo que hace más de 50 años organizaba la primera kalejira y que, desde hace tres ediciones, la asume junto con el colegio público Remontival y el Club Montañero de Estella. Como principal novedad del recorrido de este año, la comitiva arrancaba sin la presencia del carbonero y su acompañante femenina, quienes se sumaron en la plaza Santiago tras su aparición por la cuesta Entrañas. Fue este lugar el epicentro de un acto cercano durante el que los personajes saludaron a pie a los cientos de personas, niños y mayores, que esperaban el momento mágico del encuentro.

Eran las cinco y media de la tarde cuando las diferentes carrozas tiradas por tractores, los escolares de Lizarra Ikastola y Remontival agarrados de la mano y vestidos de caseros y los diferentes colectivos culturales dejaban atrás en caravana el patio del centro estellés.

Abría la comitiva la Agrupación Cultural Unión Musical Estellesa -la banda de música-, seguían los grupos de danzas Larraiza, Ibai Ega y Virgen del Puy y San Andrés, con los gaiteros, la fanfarre Alkaburua, los trikitilaris y los txistularis Padre Hilario Olazaran y el grupo Lizarra Kantus. Todos ellos se intercalaban entre las carrozas y entre los grupos de escolares, ordenados de menor a mayor edad. La comitiva desfiló en una primera etapa por la plaza Coronación, la calle San Andrés y la Baja Navarra y, por la calle Mayor, entró en la plaza Santiago.

A las seis menos cinco de tarde, cuando la luz del día ya se había apagado, ­Olentzero y Maridomingi ofrecieron su esperada aparición, en tractor, a través de la cuesta de Entrañas. La gente se organizó alrededor de la plaza para dejar el espacio central libre a los grupos de baile, que regalaron a los personajes unas boleras y les hicieron pasillo con sus palos de baile. A pie, la pareja mágica recorrió y saludó a niños y mayores en un ambiente sin precedente en la emblemática plaza de la localidad.

Los bailes dieron paso a la que fue la segunda parte de la kalejira, ya incorporados Olentzero y Maridomingi al pasacalles presidiendo sus respectivos tractores. Cabe señalar en esta edición del acto la participación del coleccionista de tractores antiguos, el vecino de Aranarache Manuel Iparaguirre, quien condujo al carbonero en un flamante tractor de color azul por las calles de la localidad, añadiendo una mayor espectacularidad en todo el recorrido.

Por la calle Calderería, la kalejira llegó a la plaza de los Fueros, siguió por la calle Navarrería y, a través del puente del Azucarero, terminó en la plaza de San Martín con el saludo de los personajes y con un vino caliente cortesía de la Peña San Andrés.

El acto recuperaba con este nuevo formato, tal y como pretendía la organización, el protagonismo de los niños y niñas de la ciudad que esperarían esa noche impacientes la magia de Olentzero y Maridomingi.

Encuentro en Larraiza y juegos tradicionales el 24 por la mañana

Aunque la celebración de la kalejira el domingo 24 era el acto principal en torno a la visita del carbonero y su colaboradora en la ciudad del Ega, otros fueron los actos organizados ese día en la plaza Santiago. Por la mañana, las sociedades Basaula, Gure Hizkuntza, San Andrés y La Bota ofrecieron un aperitivo y hubo también juegos tradicionales para los más pequeños. El buen tiempo soleado acompañó como el mejor preámbulo de la jornada.

Por otro lado, una semana antes, el sábado 16 de diciembre, Olentzero y Maridomingi recibían en el refugio de Larraiza a numerosas familias que acudieron hasta allí con las cartas de los más pequeños. El Club Montañero de Estella ofrecía un almuerzo popular en la plaza Santiago para todos los asistentes en una mañana que aunó naturaleza, actividad física, encuentro e ilusión cuando todavía los momentos centrales de la Navidad estaban por llegar.

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