“La antigua sacristía, localizada junto al altar, recuperará a partir de ahora sus funciones“Las obras de acondicionamiento comenzaron el pasado mes de octubre. En el pórtico se ha habilitado una rampa de acceso y se ha abierto una nueva puerta en la piedra para facilitar la entrada a la sacristía. La sacristía, que cambia su uso, se va a habilitar con bancos, con una capacidad para unas setenta personas. Una mesa hará las veces de altar, arropada por el sagrario, y la imagen de la Virgen a un lado y el Cristo al otro. La capilla será más confortable para las decenas de personas que a diario acuden a la misa de 13.00 horas o de 20.00 en la iglesia de San Juan.
Explica el párroco, Pedro José Loitegui, que la práctica religiosa ha disminuido con el paso de los años, pero que son en torno a cincuenta o sesenta feligreses, según el día y la celebración, quienes acuden a misa en San Juan en días de labor. “En fin de semana las misas se seguirán celebrando en la iglesia. De hecho, los domingos se llena”, explica el sacerdote.
Sacristía antigua
Con la nueva capilla, la sacristía se traslada a la denominada ‘sacristía antigua’. Se trata de un pequeño habitáculo al que se llega desde el altar mayor de la iglesia y que antiguamente fue sacristía, aunque en los últimos años se ha utilizado como almacén o trastero. “Es una joya, un espacio precioso que ahora limpio todavía luce más”, asegura Loitegui. Construcciones Valentín Garín se ha encargado en la sacristía antigua de sacar la piedra y limpiarla con chorro de arena, se ha rebajado el suelo cuatro centímetros para sanearlo y recubrirlo con cerámica. Asimismo, se cerrarán las grietas de las paredes. A este lugar se traerá desde la sacristía la mesa grande para que la sigan utilizando los celebrantes.
Las obras tienen un presupuesto de 70.000 euros, que se sufragan con una ayuda de 40.000 euros aproximadamente procedente del programa ‘Tú eliges. Tú decides’ de Caja Navarra y con el fondo de la iglesia. Otros 140.000 euros ha dedicado San Juan en dos fases a la restauración de su órgano. El coste total de la restauración de la pieza artística asciende a 300.000 y está previsto que esté terminado e instalado a lo largo de 2010. “Llevamos dos años sin él, ahora estamos con un órgano provisional. La verdad que era muy urgente su restauración porque se deshacía”.
Título
Relevo de Sacristanes
Durante 65 años la sacristana ha limpiado la iglesia, ha colocado las flores, bandeado las campanas y se ha encargado de cerrar y abrir las puertas del templo más céntrico de Estella. “Ha sido una dedicación de 24 horas”, explica Gloria Echarri. No en vano ella misma y después su propia familia se criaron en la vivienda de la iglesia destinada al sacristán. “Ya era hora de jubilarme. Al principio se me hizo raro, pero la edad manda. Tocaba descansar, pasear y estar más con la familia”, explica la madre de dos hijos y abuela de cuatro nietos. En su lugar, el sacristán de San Pedro, Alfredo Chandía, se ocupa de San Juan, al menos mientras que su iglesia, San Pedro, permanece en obras.