
“Dicastillenses, dicastillensas, esta mecha va por todos los jóvenes que han pasado por la asociación durante estos 49 años, los que estamos ahora, los que estuvieron y los que estarán”, decía el discurso compartido a las doce del mediodía desde el balcón consistorial. Allí se habían reunido, en representación de todo el colectivo, Maite Basterra Peñas, Iosu Gil Oteiza, Iñaki Osés Azcona, Paula Gurucharri Hermoso, Puy Romero Azcona y Víctor Abajo Ciriza. Sus palabras ofrecieron apoyo tanto a Palestina como a unas “Fiestas de Estella con txosnak” y terminaban con los tradicionales vivas a Dicastillo y a la juventud de la localidad. No faltó en los primeros compases de la fiesta un cántico propio dedicado a la villa por uno de los coheteros y que decía “olé, Dicastillo”.
El estallido del cohete fue recibido en la plaza como el pistoletazo para la diversión y el remojón. Es tradicional en el pueblo que las cuadrillas bailen en torno a la fuente. Además, en la calurosa mañana del 26 de agosto el baño supo de maravilla. El agua servía para la celebración, al igual que la gaseosa y el cava que llovieron sobre los asistentes, sin que hubiera que contener más las ganas.
En el interior del salón del ayuntamiento, el alcalde de la villa, Ángel Remírez, aseguraba que las fiestas de Dicastillo son únicas, “como las de cada pueblo para sus vecinos”, y ensalzó el suyo por ser muy participativo. “Ya por la mañana, los jóvenes empiezan con un almuerzo y luego suben a la plaza, donde nos juntamos todos. Está claro que este día es el más fuerte de unas jornadas que permiten que nos reunamos, que estemos con personas que durante el año no están, y que lo hagamos de la mejor manera, en torno a la comida, la bebida, la música y la juerga”, decía el primer edil.
Para la asociación Gure Etxea, que el próximo año cumplirá 50 años de andadura, tirar el cohete era todo un honor. “Es un orgullo que se reconozca todo lo que hacemos como colectivo durante el año, es de las primeras veces que se nos reconoce este trabajo. Yo personalmente llevo casi 10 años trabajando en la Asociación y nos hace ilusión estar aquí, porque no sólo organizamos fiesta, también otras actividades para todos los públicos”, destacaba Maite Basterra.
Los representantes de Gure Etxea explicaban que conforman un buen equipo, que se ayudan entre ellos, que trabajan por votación y que en los últimos años hay mucha implicación y participación. “Estamos muy contentos e ilusionados”, añadían a este respecto.
La fiesta en Dicastillo quedaba en manos de los músicos de la txaranga Malatxo, de Tafalla, para ir recorriendo bares y txabisques en la primera ronda copera de una jornada, la primera, sin comida popular. Las comidas y las cenas llegarían ya al día siguiente, el miércoles, el jueves, el viernes (paellada popular) y el domingo, con el calderete en la plaza.
La concejala de Festejos, Marta Hermoso Azcona, que comparte sus obligaciones con otras dos compañeras –Ainhoa Iturbide e Iranzu Solchaga- destacó que las Fiestas de Dicastillo suponen una inversión de 54.000 euros y destacó este año tanto la celebración de la 50 Carrera Ciclista del Club Ciclista Estella y la inclusión de un partido de pelota femenino. Otro de los atractivos en el programa fue el concierto de los Zopilotes Txirriaos el viernes, que atrajo a numerosos visitantes.
