El pasado año, el 2023, fue un año de savia nueva en la Comparsa con la incorporación de nueve jóvenes deseosos de hacer cantera y de bailar a los gigantes de la ciudad del Ega. El ímpetu era muy bien recibido para garantizar la continuidad de la comparsa que necesita los hombros de unas 24 personas mínimo cada vez que los gigantes y los cabezudos salen a la calle.
Al grupo de nueve jóvenes, chicos y chicas menores todos de 30 años, se suman las ganas de otros voluntarios también de reciente incorporación, aunque con algo más tiempo en las filas. Es el caso de Iñaki Azcona Luquin, de 22 años, y de Raúl Arteaga Sanz de Arellano, de 23, quienes ingresaron en la comparsa el primero en 2021 y el segundo, en 2016 portando a un cabezudo.
Ellos dos forman parte de la que será la nueva junta, a la que se añadirán otras dos o tres personas más, aún por decidir. “De momento somos una junta en transición, estamos aprendiendo de los miembros veteranos. Cuesta dar el paso porque es un compromiso, porque la comparsa no es sólo lo que la gente ve en nuestras salidas, sino que hay mucho trabajo detrás, pero estamos con ganas y con ideas para acercar la comparsa aún más a la gente”, explica Azcona.
Aunque la Comparsa está ligada a la tradición y su misión es la que es, aportar con cultura y arte a las fiestas de la ciudad, explican Azcona y Arteaga que hay margen de maniobra para innovar. “Por ejemplo, en cuanto al número de salidas que hacen los gigantes, porque se ve que los niños están locos por los gigantes; mediante la organización de visitas al silo, cada vez se acercan más los colegios, la ludoteca y las asociaciones, y programando también visitas fuera para llevar lo nuestro a otros lugares”, apunta Raúl Arteaga.
De hecho, los gigantes de Estella-Lizarra viajarán en octubre a Zaragoza, a la ciudad que en 1905 vio nacer a los gigantes originales –la pareja de reyes blancos y la de negros y a los cabezudos. “La comparsa de Zaragoza cumple 25 años y nos han invitado. En cierto modo somos como hermanos porque compartimos incluso personajes”, dice Iñaki Azcona.
La comparsa se desplazaba en junio a Eibar y ganas no les faltan a los integrantes para seguir bailando en fiestas. Una semana tienen por delante para mostrar sus coreografías, los vestidos y las nuevas expresiones de los gigantes.
Regresa la expresividad a las manos y rostros de los gigantes
Aunque ya se pudo ver durante la salida que los gigantes realizaron por las calles de Estella en las Fiestas de la Virgen del Puy, vecinos y visitantes tendrán ocasión para observar de cerca las nuevas expresiones de los gigantes en su rostro y manos gracias a los trabajos de restauración que recibieron en el taller pamplonés Eskuartean.
Una inversión de 2.000 euros permitió retirar la pintura vieja, lijarlos y volver a ser pintados con pintura al óleo. Los trabajos especializados permitieron devolver a las cuatro figuras sus rasgos, sus coloretes, la definición de sus ojos y, por tanto, una mayor expresividad. “El objetivo era recuperar lo que eran como copias de los gigantes antiguos. Devolverles la identidad respetando la obra y dignificar a los gigantes de Estella”.
Las parejas de Reyes Blancos y de Reyes Negros se realizaron en 1988 en el taller de Blas Subiza en Pamplona y eran copias de los originales de 1905 elaborados por Bartolomé Domingo en Zaragoza. “Con el paso de los años los gigantes antiguos se fueron deteriorando. Eran de cartón y fueron sufriendo muchos arreglos e intervenciones, repintados que les hicieron perder la expresión. Sobre esas figuras se elaboraron las copias. Últimamente veíamos, sobre todo al compararlos con los nuevos Andrés y María Puy, que necesitan un lavado de cara profesional para asemejarse a aquellos gigantes de 1905”, cuenta Iñaki Azcona.
La Comparsa buscó fotos antiguas, todas en blanco y negro, con la ayuda del recientemente fallecido Salvador Martínez y de Juan Carlos Duñabeitia. “Recuperamos información y documentos para que estos últimos trabajos permitieran el mayor parecido con las figuras de 1905”. Y el resultado gustó en la calle. “La gente lo valora. En la salida en la Virgen del Puy recibieron muchos halagos”.
En esta línea seguirá trabajando la Comparsa recuperando trajes y renovando los cabezudos en la medida de las necesidades para “mantener y dignificar las figuras de la comparsa”.
Iñaki Azcona Luquin. 23 años.
“Es una responsabilidad grande que no la cambio por nada”
La pasión que desde niño siente Iñaki Azcona por los gigantes le llevaba en 2021 a dar el paso y, con 18 años, a ingresar como miembro en la comparsa. “De niño me encantaban, así que cuando crecí fue el momento de cumplir un sueño, tantas veces que había visto a los gigantes, que había jugado con las figuras de goma”.
Fue con motivo de San Andrés de aquel año, en el festival ‘Vive Estella-Lizarra Bizi’ que se escenificó en la ciudad, cuando Azcona bailó por primera vez a la Reina Blanca. “Para mí formar parte de la comparsa es un honor, es una manera de representar a Estella y de difundir una parte de la historia y de la cultura de la ciudad y una manera de contribuir a que los gigantes sigan saliendo porque no bailan solos”.
Llegan las fiestas y desde que es miembro de la Comparsa tienen otro significado. “Sigue habiendo días para salir, pero ahora las fiestas las vivo de manera diferente porque, si hay que sacar los gigantes a la mañana o a la tarde, hay que dormir. Es una responsabilidad muy grande, pero no la cambio por nada. Me hace sentir parte de las fiestas”.
Raúl Arteaga Sanz de Arellano. 23 años.
“Las fiestas en Estella son de día”
Raúl Arteaga Sanz de Arellano comenzó a llevar los cabezudos en 2016. Las pasadas, las de 2023, fueron sus primeras fiestas portando los gigantes. Su favorita es la Reina Negra. “Comencé en la comparsa a propuesta de un amigo gigantero y me animó primero con los cabezudos. Desde pequeño me han encantado, así que lo disfruto mucho”, cuenta el joven, enfermero en el hospital de Estella. “Cuando empecé a bailar con la comparsa no sabía nada, ni un valls, pero con mucho esfuerzo lo he conseguido. Es muy importante porque la de Estella es la única comparsa que los baila con coreografías, algo que la hace muy elegante”, asegura.
Las fiestas son intensas para los comparseros jóvenes en edad de salir. “Aunque algún día queda libre, la clave está en quitar la noche y disfrutar del día. Hay que estar fresco desde primera hora. Pero es que las fiestas son de día, la juerga es la misma en todos los sitios”, defiende.
Los cabezudos subirán al hospital
El buen recibimiento que el pasado año tuvo la subida de los cabezudos al hospital García Orcoyen volverá a repetirse este lunes de fiesta por la mañana. Explica Susana Oronoz, enfermera y miembro de la Comparsa de Estella-Lizarra, que la iniciativa tuvo una gran acogida entre las personas ingresadas y el personal. “Los cabezudos subieron a las habitaciones de pediatría y estuvieron también con gente mayor ingresada. Fue un éxito total. Se vivió de una manera muy emocionante y queremos repetirlo este año”. El objetivo es que las personas que no pueden estar en la calle disfruten también de su pequeño momento de fiestas.